Una vez que el jefe de gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera Aguayo, reveló -parcialmente sus bienes- que tenía un patrimonio superior a los ocho millones de pesos, entre departamentos, cuentas personales, etc., datos que ya se quitaron de la página oficial del GDF, la opacidad en que se manejan los 31 gobernadores restantes sobre sus fortunas es sorprendente en un país de contrastes, como el nuestro, donde la clase política se distingue por un manejo discrecional de los recursos públicos en su beneficio.
Desde luego que estas decisiones de los mandatarios estatales y miembros de la cúpula del poder están por encima de la ley y no es necesario el que se haga una ley anticorrupción, sino simplemente se aplique la legislación vigente, sin distingos ni favoritismos.
Gobernadores como el del Estado de México, donde el presupuesto anual de esa entidad supera los 100 mil millones de pesos y, a lo largo de un sexenio, se manejarán recursos superiores a los 600 mil millones de pesos, así como los de otros estados como Jalisco, Nuevo León, Coahuila, etc., no dan a conocer públicamente, ni en los portales de sus gobiernos qué tienen y a cuánto asciende su fortuna.
La investigación que hace el periódico “Reforma” sobre este particular es singular, según informó el reportero Gonzalo Soto.
En abono a su información, vale destacar lo que tiene este reportero sobre el gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval Castañeda, quien fue tablajero (carnicero para el vulgo), hijo de un respetable integrante de este gremio; luego fue líder de los tablajeros y, cuando fue joven, se fue de bracero a los Estados Unidos de América en pos del "american dream".
Se supone que allá hizo fortuna, pero una gran fortuna, y tiene tanta lana que hasta lo cacarizo de su rostro se le ha quitado, por la buena vida que se da ahora. La computadora ahora no lo reconoce ante los milagros en su piel que ha hecho su dermatólogo.
Sandoval Castañeda tiene una carrera corta en la vida política ya que de diputado local brincó a la alcaldía de Tepic, capital de su estado, Nayarit y de allí, a la gubernatura por el PRI. Naturalmente,
el gobernador de Nayarit, quien usa siempre un sombrero tejano, y afirma que "la que piensa es la cabeza no el sombrero”, pero los nayaritas le reviran y dicen que "el sombrero no le deja salir las ideas", ha sido señalado como el ex prestanombres del senador, hoy difunto, Marco Antonio Fernández, quien murió trágicamente en un accidente automovilístico, ahora es un rico hacendado -esos que odiaba Emiliano Zapata-, tiene 100 hectáreas de tierra en el ejido de San Juan de Abajo; otra cantidad igual en el municipio de San Blas.
Su afición a los caballos pura sangre no extraña a sus paisanos y tiene ya muchos de estos, lo que orilló al cantante nayarita, Ezequiel "El Cheque" Peña, a obsequiarle un caballo valuado en dos millones de pesos, el cual debe ser propiedad del Estado, porque los funcionarios no pueden recibir regalos superiores al equivalente a varios tantos de salarios mínimos, con la promesa de que haría alcalde de Bahía de Banderas a un hermano del folclorista o bandero y, a la mera hora, no lo benefició con la candidatura. Este gober, además, es el fan número uno de Saúl "El Canelo" Álvarez, y aparece como miembro de su staff a su lado en las peleas estelares en Las Vegas.
Si se investiga en la fortuna de Roberto Sandoval, se encontrará la negociación que hizo en Puerto Vallarta, con Dante Delgado, en un conocido hotel de allá, para quitar a Álvaro Peña de la lista de los dos plurinominales que le correspondían a Movimiento Ciudadano en la elección local del 2014 para renovar el Congreso local, y subir al primer lugar al ahijado del ex gobernador de Veracruz y ahijado de éste (también veracruzano), Manuel Bernardo Carbonell, quien tiene dos actas de nacimiento (una de Compostela, sin ser nacido allí) y otra de Veracruz. Subieron también a la hoy priista, Olga Lida Serrano Montes, a una curul por MC, cuando a ella le dijeron un día antes que iba al Congreso, a pesar de que no metió papeles y no quería la diputación.
Cuando edil de Tepic, Roberto Sandoval, endeudó estratosféricamente, con la receta de Humberto Moreira, al municipio y, en la nómina metió a familiares, como a sus cuñadas Graciela Ramírez Anaya y Guadalupe Vargas Fletes; a su concuña María Ivonne Robles Hernández; a sus sobrinas Samantha Castañeda Gutiérrez y Teresa Jiménez Vargas; un sobrino político Ernesto Rosales; a su hermana Georgina Sandoval Castañeda, quien se encargó de destapar, en ese entonces, a su hermano, como posible candidato a la Presidencia de la República. En el presupuesto, también se incluyó a Olga Cosío, amiga cercana de Carmina Sandoval Castañeda, otra hermana del hoy gobernador.
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