Las otras campañas

CONGRESO MEXICANO

Si nos remitimos solamente al bombardeo de ofertas de campaña que observaremos durante los próximos 45 días, corremos el riesgo de dejar de lado algunos aspectos relevantes.


Me refiero a que no bastará con estar pendiente de la oferta política, sino que estas elecciones al ser intermedias presentan aspectos particulares como es una baja en la participación ciudadana, que como es sabido tiende a disminuir en comparación con la elección presidencial. Además de que presenciaremos un proceso más fiscalizado, sumado a que la preferencia por el voto –particularmente entre los partidos de izquierda- podrá verse dividida por la aparición de MORENA; ante esto, los expertos han asegurado que le restará votos al PRD con lo que podría cambiar la preferencia en la izquierda, sumado al probable voto de castigo por sus nulos resultados.
Son factores que no deben de perderse de vista durante el presente proceso electoral, pero más allá de formas y tiempos deberá estarnos preocupando el hartazgo social que también permea cada tres años cuando hay elecciones. Existe un importante sector de la población que practica el abstencionismo, que además lo convoca como una manera de manifestación en contra de las promesas fallidas, de las y los candidatos que al arribar a sus cargos se olvidan de su listado de buenas intenciones.
Por eso las otras campañas, la de todos, de las y los candidatos, la de autoridades electorales, de organizaciones sociales serias, deberán de ser aquellas que impulsen a la participación en las urnas, con una dinámica permanente y transversal durante todo el proceso electoral.
La otra campaña, la que tanta falta nos ha hecho, deberá estar destinada a fomentar la participación ciudadana, su organización, que redunde en esfuerzo y convicción social el día de la elección.
Ejercer el voto es un deber ciudadano, un derecho político que se hace en libertad, pero no podemos exigirle a la ciudadanía que lo haga cuando el factor de la confianza no está reparado, cuando la otra parte no hace su trabajo. Por eso cabe insistir que una campaña no puede terminar sólo en un listado de buenas intenciones por parte de las y los candidatos, sino que debe de estar acompañada de información, de una convocatoria seria para que haya una participación ciudadana responsable el 7 de junio próximo.

*Economista y Doctor en Finanzas

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