Propios y extraños nos sorprendimos con la noticia donde el Banco Central de China devaluó el yuan, la cual cayó casi un 2% frente al dólar, con lo que esperan reactivar su economía a través de mejorar las exportaciones,
principalmente.
En México la palabra devaluación nos lleva al inevitable escalofrío económico al recordarnos que en el pasado se han tomado medidas de este tipo con sus graves consecuencias; en ese mismo tenor, durante estas fechas estamos viendo fluctuaciones de nuestra moneda frente al dólar de la cual cabe precisar que no es devaluación técnicamente hablando, sino depreciación por tratarse de un mecanismo de libre flotación de nuestra moneda, oferta y demanda de divisas para ser precisos.
El cambio en China se presente en medio de las especulaciones sobre la posibilidad de que el país prepare una banda de flotación, esto a fin de evitar aquellos capitales llamados “golondrinos” que entran y salen del mercado con altos riesgos para la economía. Por lo que la medida sería de importante magnitud para además de fortalecer sus exportaciones permitir que la moneda sea incluida en la canasta de divisas del Fondo Monetario Internacional.
Sin duda, después del anuncio de esta acción habrá efectos en otras monedas, en acciones y algunos precios internacionales, no obstante, algunos analistas prevén que dichas efectos serán momentáneos. Lo que sí es preciso señalar que lo anunciado podría traer consecuencias directas a la economía mexicana, me explico: China, al optar por el fortalecimiento de sus exportaciones a través de esta devaluación de su moneda y con ello fortalecer su mercado interno nos afecta porque somos un competidor directo por el mercado norteamericano, del cual, por cierto dependen el 80% de nuestras exportaciones y cuya decisión podría impactarnos de manera directa en el rubro de nuestras ventas al vecino del norte.
Por otro lado, nuestra moneda tiene sus propios retos frente al “súper dólar”, en donde el Banco de México realiza subastas para fortalecer nuestra moneda en su valor cambiario, es decir, se está haciendo la parte que nos corresponde, pero no podemos dejar de lado las acciones y decisiones que toman otros jugadores, sobre todo si algunas economías asiáticas preocupadas por proteger la competitividad de sus propias divisas y exportadores, deciden devaluar. En México, además de las sacudidas internas, debemos estar muy atentos de lo que sucede en otras latitudes, que sirva de ejemplo lo que sucede en China.
Dr. Luis David Fernández Araya
*El Autor es Economista Doctorado en Finanzas, Profesor Investigador de Varias Instituciones Públicas, Privadas y Funcionario Público.
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