La presentación de la iniciativa de Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los municipios, con la presencia de gobernadores, representantes del Congreso de la Unión y Secretarios de Estado nos trajo a la mente
irremediablemente el pasado Pacto por México en el que derivaron una serie de reformas tan necesarias para el país.
Es oportuna la propuesta porque vivimos tiempos adversos en materia económica, pero lo es también para el entorno nacional que presenciamos. Una de los grandes pendientes es sin duda el manejo de las finanzas públicas en las entidades y municipios, en donde la opacidad ha sido el sello permanente en muchos gobiernos locales. Ya era tiempo de tener una propuesta más en forma en cuanto a la eficiencia en el manejo de los recursos, presentar reglas de disciplina financiera, donde los recursos de deuda contraídos estén dirigidos a inversiones productivas; mejorar en los candados que se tienen cuando se contrate deuda, como es evitar heredarlas a las siguientes administraciones, entre otros aspectos.
Es oportuna porque algunas entidades han hecho de este mecanismo la forma de allegarse recursos para otros fines, además de que su manejo ha sido poco claro, poco justificado en muchos casos. Es oportuna porque contempla reglas para la contratación responsable de deuda, en la que incorpora principios y lineamientos para que se realice en condiciones estables, procurando con las mejores condiciones de mercado.
Pero como dicen, el diablo está en los detalles, así que es oportuno esperar un debate serio en la discusión de la iniciativa, revisar las razones de los cambios propuestos, como lo es el proceso de autorización para el uso de las Asociaciones Público-Privadas hasta los casos en los que se sujetarán a licitaciones públicas –a fin de darle más transparencia a cada proceso-.
No sólo son necesarias las modificaciones, es de destacar que actualmente el Congreso de la Unión está en manos de políticos de izquierda quienes recibieron la iniciativa con agrado, quienes reconocieron que es un paso en la dirección correcta, es decir, que la misma llega consensuada al interior de los grupos parlamentarios, en la que el Presidente vuelve a demostrar su capacidad de reunir a las fuerzas políticas alrededor de temas impostergables. Aunque a muchos no les parezca, el esquema usado en el Pacto por México dio frutos y se volvió a demostrar. Falta ver que los actores tienen la altura necesaria para hacer un diseño de transparencia y de finanzas sanas a nivel local, falta ver el tamaño que tiene la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
Dr. Luis David Fernández Araya
*El Autor es Economista Doctorado en Finanzas, Profesor Investigador de Varias Instituciones Públicas, Privadas y Funcionario Público.
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