Aun cuando a muchos no convenza, la democracia representativa sigue siendo el modelo más acabado en las sociedades actuales, donde la única manera de participar era la vía partidista. Hoy se ha roto el monopolio de aquellos que
decidían quiénes serían las y los candidatos para los puestos de elección popular. Ese es el tema de moda en nuestro sistema político.
Dicho momento está ocupando espacios, análisis, recursos y hasta el diseño de estrategias para frenar el fenómeno de las candidaturas independientes. Sin embargo dicha práctica nos alcanzó y sorprendió a más de uno con sus rápidos resultados dentro del marco de la crisis que vive el sistema de partidos en nuestro país. No obstante, esto no asegura automáticamente que vayan a presentarse los resultados que las sociedades demandan. Es decir, apenas atestiguaremos la verdadera prueba de ácido para los representantes independientes.
Otro aspecto que estoy cierto y que ha sido poco tomado en cuenta en estos tiempos de debates “independientes”, es el mecanismo de incorporar en los tres órdenes de gobiernos a partidos políticos distintos, como una muestra de pluralidad política y de madurez social. Hoy lo estamos presenciando en el gobierno municipal de Huixquilican, Estado de México, quien incluyó a representantes de otros partidos en el proceso de transición actual. Lo que nos debe llamar a la reflexión, porque se está privilegiando el resultado antes que la “foto”, se está apostando a la capacidad de respuesta antes que el pago de cuotas políticas. Estamos ante este modelo diferente en el municipio donde cabemos todos, donde la pluralidad política como instrumento de gobierno sólo puede reflejar una cosa: es más importante responderle a la gente con más y mejores servicios municipales, que se demuestre que el dinero de todos se pone a trabajar de manera eficiente y transparente.
Más allá de los lugares comunes que se han repetido hasta la saciedad sobre la urgente necesidad de poner en marcha a los municipios mexicanos, el ejemplo que se está viviendo en ésta latitud del Estado de México no sólo nos debe dejar claro que cuando la voluntad está por encima de la política partidista se le regresa un poco de dignidad al municipio, históricamente abandonado pero siempre socorrido en las líneas discursivas.
Incluir es gobernar y la pluralidad indica que esta nueva generación de jóvenes políticos la reconocen como la manera diferente de atender los problemas públicos. Los funcionarios de lo federal, suelen pensar que los problemas de siempre se resuelven en lo macroeconómico, su miopía de lo público les hace creer que es suficiente con tener controladas a las grandes variables, dejando de lado lo relevante, al municipio, a su gente, a sus necesidades, las cuales casi siempre se entienden volteando a ver a sus bolsillos.
Necesitamos funcionarios a nivel del suelo, que reconozcan que las políticas desde la oficina se han superado y que es preciso salir a la calle y convertirlas en acciones. Si esto se olvida entonces no entendemos que es en el municipio donde empieza todo, donde también se puede resolver casi todo.
Dr. Luis David Fernández Araya
*El Autor es Economista y Doctor en Finanzas, Profesor Investigador de Varias Instituciones Públicas, Privadas y Funcionario Público.
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