Si faltaba algo, ya llegó: México está en alerta contra eventuales episodios de índole terrorista. Lo acaba de advertir el subsecretario de relaciones exteriores, embajador Carlos Alberto de Icaza González, un experimentado diplomático que sabe lo que habla.
En una reunión de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la República, De Icaza González puso en claro que “los focos rojos están encendidos”, aun cuando matizó al señalar que “evidentemente por nuestra posición geográfica, por lo alejado que estamos de la zona de conflicto, no es de preverse que en nuestro territorio podamos tener una situación como la que hemos visto en otras partes”, una alusión evidente a los ataques el 13 de noviembre último del Estado Islámico (EI) en la capital francesa.
Aún así, De Icaza González ratificó que “todos los mecanismos de alerta, los focos rojos están encendidos”.
Explicó que “cualquier conflicto, cualquier amenaza a la paz, en cualquier lugar del planeta, desde luego es algo de preocupación para México”, debido a la realidad de la globalización y aún del libre tránsito de personas.
Llama la atención que la declaración del diplomático mexicano se registrara sólo unas horas después de que el grupo yihadista EI haya hecho difundir un video en el que incluye a México en una lista de países bajo la mira de eventuales ataques terroristas.
En el video “Sin tregua”, el EI juzga que México es parte de la alianza en su contra que encabezan Estados Unidos y Francia.
La declaración del embajador De Icaza González también siguió al pronunciamiento hecho por el presidente Enrique Peña Nieto en Turquía a mediados de este mes durante la cumbre del llamado G-20, que agrupa a siete de los países más industrializados —Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido— (G-7), más Rusia (G-8), más once países recientemente industrializados de todas las regiones del mundo y la Unión Europea como un bloque económico.
En ese foro, en la ciudad turca de Antalya, Peña Nieto se pronunció porque las posturas referidas al terrorismo se traduzcan en una acción global real contra el fenómeno, bajo el paraguas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Así que a la compleja situación nacional se agrega un “pequeño” motivo de preocupación, el terrorismo y el riesgo de que el país pudiera resentir un golpe adicional.
Es deseable que el gobierno de México sume a sus advertencias de riesgo acciones de prevención y aún de protección de la sociedad civil, que ya de suyo resiente fenómenos graves y relacionados como el crimen organizado y la delincuencia, que abonan en todo caso a la causa de grupos de odio como el EI.
Es positivo que el gobierno alerte, pero es clave que actúe para impedir hechos que atenten una vez más contra los mexicanos. (fin)
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