Bienvenido a la realidad

SINGLADURA

Recién concluido un asueto por las celebraciones de la Navidad y el fin de año, efemérides ambas dicho sea de paso donde  imperan las mejores intenciones y propósitos y que además constituyen de alguna forma un saludable paréntesis humano, me encuentro de

frente con la realidad nacional e internacional, dura, fría, intransigente.

Más que todo eso junto.  Se trata de un escenario de barbarie y criminalidad que de sopetón nos coloca de nueva cuenta en la brega cotidiana.

Vea si no. El asesinato a cargo de sicarios presuntamente contratados por la denominada banda de Los Rojos de loa alcaldesa de Temixco, Gisela Mota, de 33 años, es un hecho  grave. Hay tres presuntos sicarios detenidos y otros dos abatidos. El hecho genera incredulidad, sorpresa y pena. ¿De qué se trata? ¿Un mensaje de los malos? ¿Para qué asesinar a Gisela? ¿A quiénes beneficia este asesinato abominable? ¿Es la nueva política mexicana? Y ni tan nueva. Hace ya algunas décadas fue reinaugurado en México el crimen como recurso político extremo. ¿Recuerdan el caso Colosio? Seguimos en eso como parte del deterioro institucional y generalizado que se observa en el país hace ya varias décadas sin que la llamada clase política atine a paliar por lo menos.

En el plano internacional también se cuecen habas. El gobierno de Arabia Saudita ordenó el rompimiento de relaciones diplomáticas con Irán en represalia a la serie de ejecuciones en Teherán, entre ellas la del reputado clérigo Nimr Baqir, una figura considerada al margen de los partidos políticos pero flagelada diversas veces por sus posturas progresistas. Se trata de un nuevo capítulo que eleva las tensiones a puntos críticos y que hace temer renovadas escaladas en la zona, de suyo ya hirviente.

De igual forma, en el ámbito internacional se encienden las alertas en Estados Unidos con la detención al menos de cinco familias de migrantes centroamericanos en el área de Atlanta, conforme una denuncia que anticipa el principio de una nueva campaña de redadas para deportar a miles de familias que ingresaron en 2014 a Estados Unidos huyendo de la violencia en sus países.

Estas redadas cobran un significado especial de cara a las precampañas presidenciales de Estados Unidos, donde un vociferante Donald Trump seduce a vastos sectores electorales, que lo colocan a la cabeza de la nominación presidencial republicana y que  en caso de concretarse podría dar un nuevo dolor de cabeza a numerosos gobiernos del área, con México en primer lugar.

Ya en la escala doméstica, el gobierno de Miguel Angel Mancera nos asesta un nuevo aumento para estrenar 2016. Se trata de las tarifas para las verificaciones vehiculares en la capital del país.  Mancera mella su propia ambición presidencial con medidas como ésta y la decisión de imponer un nuevo reglamento de tránsito en la ciudad, que resulta no sólo claramente recaudatario sino confiscatorio para los habitantes de la capital. Y esto es sólo el principio. Veremos. (Fin)

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