Al principio, cuando el magnate decidió lanzarse a la candidatura para la Casa Blanca, a más de uno les pareció una gran broma. Ha pasado el tiempo y hoy hablar de Donald es sinónimo de riesgo, particularmente para México. Por ello, todo lo que se diga acerca de Trump deberá de ser con total cuidado y responsabilidad.
No nos debe bastar con llamarlo populista, mesiánico, ignorante, porque ante esta clase de personajes no es suficiente levantar un frente en su contra, porque como señala Gustavo Rivera, Trump es un populista en un contexto mediático hipermoderno, donde entendió que el ganador es quien recibe más likes del electorado.
Por eso, es tiempo de tomar con seriedad las declaraciones y carrera rumbo a la candidatura del señor Trump, tengo fundadas dudas para aseverar que en aquel país terminaránpor darse cuenta la farsa del personaje. Sin embargo, esto es política y él junto con su equipo han entendido que el enfrentamiento vende, que es posible que se vote por aquellos que sólo tiene como única arma decir lo que piensan, tengan o no razón.
Y es oportuno hacerlo desde todos los ángulos en nuestro país, porque nosotros tendremos elecciones en 2018 y por tercera vez algunos personajes se siguen paseando con lo peor del discurso populista disfrazado de izquierda, donde a fuerza de ejercer el poder y un presupuesto son capaces de basar apoyarse en las ideas de la justicia social.
Para los especialistas en campañas, el fenómeno Trump resulta todo un cambio en la manera de hacer política en ese país, muchos copiarán su estilo, algunos ya lo hacen cuando ofrecen vender aviones en 2018. En estos momentos es la democracia Estadounidense la que tiene una dura prueba en su historia reciente, donde la aparición de ese personaje responde en parte a la crisis germinada en ese pueblo, por eso en México debemos de mantener un seguimiento el fin de evitar respirar por las heridas que los discriminadores nos receten.
Es la historia y no yo quien lo dice cuando nos recuerda de frente que los regímenes populistas no han llevado a ningún lado, Hugo Chávez es la mejor muestra reciente, visto desde la izquierda; si nos referimos a la derecha también vemos casos como el del argentino Carlos Menem.
Pero esta novedad que estamos presenciando –conjugar los discursos populistas con el manejo de redes sociales- se están volviendo una peligrosa combinación que nos debe mantener pendientes en México, para que cualquier populista disfrazado de magnate no engañe a nadie.
Dr. Luis David Fernández Araya
*El Autor es Economista, Doctorado en Finanzas, Profesor Investigador de Varias Instituciones Públicas, Privadas y Funcionario Público.
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