El Papá Francisco anunció que nombrará a una serie de cardenales en el siguiente mes de noviembre, entre los que destaca el del Arzobispo de Tlalnepantla, Carlos Aguiar Retes. Cuyo nombramiento responde al interés del Papa de buscar perfiles como el suyo, con quien se pueda hablar, cercano a la gente y sensible ante las necesidades del mundo.
Sabemos que existe una necesidad y proceso de renovación de la iglesia católica mundial, para ello se está convocando a un interlocutor que representa un vínculo con el vaticano y el actual gobierno. No podemos sino reconocer en este nombramiento a la mano papal, como un relanzamiento de las relaciones entre el Estado vaticano y el mexicano.
Carlos Aguiar Retes, nace en Tepic, Nayarit, fue alumno del seminario de esa ciudad para después proseguir sus estudios en las casas de formación en Estados Unidos y en Tula, Hidalgo. Consiguió la licenciatura en sagradas escrituras en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma y el doctorado en teología en la Universidad Gregoriana. Se ordenó sacerdote en 1973, fue vicario parroquial, rector del Seminario de Tepic y presidente de la Organización de los Seminarios Mexicanos (OSMEX) además de miembro del consejo directivo de los Seminarios Latinoamericanos. Rector de la Residencia Juan XXIII para sacerdotes de la Universidad Pontificia de México, profesor de sagrada escritura, Obispo de Texcoco y recibió la ordenación episcopal el 29 de junio sucesivo. En 2009 el Papa Benedicto XVI lo designó arzobispo metropolitano de Tlalnepantla donde tuve el honor de conocerle y seguir de cerca su multifacética carrera.
Con esta designación México tendrá seis cardenales de los cuales cuatro son “electores”, con menos de 80 años de edad y con derecho a ingresar en un futuro Cónclave para elegir Papa.
Por eso el próximo 19 de noviembre veremos el nombramiento del nuevo cardenal en la vigilia de clausura de la Puerta Santa de la Misericordia, con el que México gana con un interlocutor frente al gobierno mexicano, justamente con el afán de continuar expresando la universalidad de la iglesia, pero que también resulta oportuna cuando en México se están discutiendo temas que no podíamos imaginar en décadas pasadas, donde no queda más que entrarle de frente a los inevitables tópicos que otrora eran tabúes. Celebro el nombramiento y sólo tengo parabienes para el futuro Cardenal Carlos Aguiar a quien además de reconocer su trayectoria le tengo un gran aprecio personal, mismo que proviene de una larga relación. Y precisamente traigo a cuento una de tantas anécdotas: durante mi paso como Tesorero municipal en Tlalnepantla mi oficina se encontraba a una cuadra de la casa pastoral y de manera cotidiana recibía de él consejos y palabras de aliento que me fortalecían. Por eso celebro este paso, en hora buena por Don Carlos Aguiar.
Dr. Luis David Fernández Araya
*El Autor es Economista Doctorado en Finanzas, Profesor Investigador de Varias Instituciones Públicas, Privadas y Funcionario Público.
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