Pues hasta en las canciones de CriCri, se comentaba sobre el “ropavejero” que salía a las calles para cambiar loza o botellas, ropa usada y otros triques y ellos, comerciantes de los pobres para los pobres, la vendían en los mercados de Tepito, La Lagunilla, Santa fe, San Felipe de Jesús, en Iztapalapa y en los Estados de
México, Puebla y otros lados. Los pobres son los que mercan para los “coleccionistas de antigüedades”, ahí está el “chácharas”, en la Lagunilla, y no hay nadie mejor que él para conseguir cosas viejas, antigüedades que al parecer en muchos pueblos no tienen ya valor y en las casas ricas y en los intelectuales toman un valor especial, es parte del esnobismo y de su relación con la jodencia manteniendo su nivel y clase.
Convencer, cambiar cosas viejas y usadas que ya no tienen uso en las casas de pobres o de clase medieros e incluso de las clases ricas, tiene una forma especial de negociación, en cada una, cambia el modo. Entre los jodidos y clase medieros de abajo se pueden cambiar por cuchillos, cubiertos y platos y ollas y sartenes, en las clases medias altas y en las ricas que van heredando y ya no quieren saber nada de las antiguallas de los viejos y quieren renovarse para estar a la altura de los nuevos tiempos, las cosas son un poco más complicadas porque ahí hay que pagar directo y hay veces que existiendo buenas chácharas no hay dinero suficiente para comprarlas y aguantar para la venta de “antigüedades en La Lagunilla o en Puebla”. La inversión es mayor y más tardada en la recuperación pero siempre deja mucho más ganancia, los cambalaches, dejan para irla pasando y muchas veces se va con los carritos gritando por las calles: Ropa vieja que venden, Metales, Chácharas, planchas, las cambiamos por platos y sartenes, ollas o compramos de contado…
El Chacharitas cuenta de que cuando compra cosas viejas en las casas ricas, él siente que los que venden son los hijos o parientes de los viejos que duraron muchos años con sus mismos muebles no por codos, sino porque eran tan buenos y los amaban que duraban muchos años, y los que los reciben que no les costó ningún trabajo tenerlos y estaban cansados de verlos y no estar a la moda y a los nuevos tiempos, les urgía venderlos para cambiarlos por nuevos y renovar las casas y viejos departamentos, y los intelectuales que se las dan de conocedores, pues quieren tener sillas o mesitas o cristos y pinturas con ese toque de antigüedad y de “realeza” que les dan un toque de buena cuna y nacimiento. Unos se renuevan y otros se quieren contentar con lo viejo para sentirse parte de algo o de una línea de buena cuna… pues joder, así son las ambiciones y los complejos de las personas cuando no entienden de que lo más importante son las gentes, no las cosas… y, entre jodidos, las cosas son distintas y disparejas, unos quieren tener mejores garras para poder andar sin apariencia de jodidos jodidos y cambian lo que ya no les sirve por algo mejor, y los jodidos jodidos, pues lo hacen ya por obligación, no hay de otra o te chingas o te jodes…
Ahora hay que competir con el mercado internacional de ropa, y así llegan las “pacas de ropa usada” que se van recolectando desde el norte de Estados Unidos y Canadá por medio de los grupos de empresarios judíos que controlan la industria del vestido y saben el valor de las cosas. Se van seleccionando las pacas y su calidad en McAllen, Laredo, Brownsville y otros lados del Sur de Estados Unidos, y ahí está una mafia, ahora, controlada por los grupos criminales y en combinación con los empresarios y transportistas y funcionarios aduanales y policías para que puedan llegar los camiones de las pacas que dejan mucho más dinero. Aquí, existen, hasta grandes centros de lavado de esa ropa para mejorar su vista y poderla comerciar más sencillo. Pero como todo en este mundo de la jodidez, los grupos criminales saben que es un buen negocio, y en las pacas, traen dinero o precursores o armas y por eso controlan su traslado y contrabando y así, como controlan el “cobro de piso” en los mercados, pueden obligar a los comerciantes a que consuman esos productos a mayor precio, y tienen un negocio redondo, donde los policías federales y locales están en combinación con ellos, así como los aduanales y otros funcionarios, y los que se joden, son los consumidores y los jodidos que ahora solamente son empleados de esos mal vivientes y sicarios.
Pero como le hemos comentado, muchas fortunas en el mundo se forman y forjan en la basura y en la mierda y es por ello que operan los traficantes de bebidas y los que embotellan las bebidas que después se consumen en los antros donde se pagan determinados montos y se pueden consumir lo que se quiera, y es que son bebidas adulteradas, y que son controladas por las mafias y nadie se atreve a impedir que se vendan para los chavos, porque desde la peda, les obligan a consumir cocaína o las otras drogas, y así empieza el nivel de las adicciones donde muchos chavos se prenden en las drogas y van a terminar siendo promotores de ventas en los grupos a chavos nais que van a los antros y pueden saber a quién le fían si es necesario, porque saben que sus familias son de lana y es por ello que todo se va corrompiendo y jodiendo…. así, lo que empezó como un negocio de jodidos, ahora, es un negocio de sicarios y criminales, donde los muchos dólares circulan y llegan a los bolillos de políticos, funcionarios, policías y banqueros en el país, y poco a poco, la delincuencia, toma puestos, hasta que controla las posiciones políticas y ya no tenemos gobiernos fallidos, sino gobiernos narcocriminales, en el poder… Botellas que vendan, ropa usada que cambien…ahora, hasta los ropavejeros deben hablar en inglés… pues nos chingamos…ya no es libre comercio, es, dependencia sin independencia.