Tiempos van, tiempos vienen; peores y mejores, vidas y muertes; alegrías y tristezas, arriba y abajo, todo es o deja de serlo en algún momento; se concluyen ciclos y comienzan otros; como el uróboro.
Lo que parece estático, aletargado, reciclado e incluso agotado; es lo que estamos viviendo en la actualidad;
aludiendo a la forma de hacer política principalmente, influyendo desde ahora en nuestras nuevas generaciones. Desde que tengo uso de razón; he escuchado y leído reacciones de un gentío resentido, que se queja y desacredita a políticos y gobernantes en el actuar de su gestión. Muchos dicen: "La política es una porquería"; "La política es de ladrones"; “Todos son igual”; “A nadie se le cree”, “Soy Apolítico”. Si se habla de un político se generan múltiples calificativos; la mayoría negativos; con infinidad de argumentos fundados en la desacreditación intensa y ofensas para el que es político. La molestia o denostación generalizada se convierte en intrascendente.
La protesta es válida pero la propuesta autentifica la causa.
Pocos son, los que intervienen y se asocian para solucionar un bien común, el resto solo es espectador. ¿Somos apolíticos? Nadie lo somos… quizás existen apartidistas, anti candidatos pero nadie es apolítico. Decían los griegos que a diferencia de los animales, el hombre es un animal político.
Mirar noticias desagradables o falsas en cualquier medio de comunicación conocido, memes o vídeos referentes a los políticos; únicamente nos convierte en esclavos de nuestras propias emociones; los detestamos pero no salen de nuestra vida. Lejos de todo esto, ha llegado la hora de dar un golpe en la mesa. Observando hacia dónde vamos y dónde estamos parados, ¿qué somos? y ¿qué queremos ser o hacer?; juntos, ciudadanos y gobernantes, los tiempos malos se regeneran y darán paso a los buenos y mejores. Todos somos mexicanos, no hay lugar para la división.
No podemos, ni debemos, mirar la política de la misma manera como se practicaba antes del COVID-19. Percibamos el mensaje y la gran aportación de esta pandemia a la humanidad; nos ha adelantado 10 años, por lo menos, en el uso de tecnologías de comunicación, convivencia cívica y social. Debemos mutar para nuestro beneficio, se requiere de la participación hasta hacerla viral de muchas personas y no las hay; infectémonos de evolución y ánimo. El mexicano tiene por cualidad histórica e identidad su destacado poder creativo reconocido en todo el mundo, que vence cualquier obstáculo, capaces de imaginar y materializar los componentes necesarios para a nuestra cambiante realidad; es un tesoro listo para deslumbrar y crear.
Si verdaderamente queremos cambiar nuestra realidad; es nuestra responsabilidad revertir la desesperanza en esperanza con la mira puesta en la utopía. Todos juntos desde nuestro ámbito social.
La política es parte de la naturaleza del ser humano, se genera desde la familia y es la herramienta más sofisticada para convivir, unir y desarrollarnos en una acción colectiva. Aprendamos entonces a identificar quienes son los verdaderos corruptos y LADRONES que no deben ser llamados POLÍTICOS; Mucho menos ser Gobernantes.