HONORABLE LXV LEGISLATURA,
CÁMARA DE DIPUTADOS:
+La confianza sube en escalera, pero baja en ascensor
Anónimo
Ahora que ya pasó la consulta popular sobre los expresidentes, ustedes los legisladores tienen por delante la consulta sobre la revocación de mandato.
Partamos de la base de que no son comparables. Ya sea con comisiones de la verdad o con tribunales populares, AMLO “juzgará” a los expresidentes; con la revocación de mandato no hay marcha atrás. Por ello, el presidente, ustedes y los partidos tendrán que hacer una prospectiva muy seria para definir hacia dónde mueven sus fuerzas.
La consulta sobre revocación (marzo, 2022) presenta varios obstáculos. La aprobación de la reforma constitucional que hizo constitucional la figura (noviembre 2019), no incluyó la ley reglamentaria; es decir, hay un vacío legal que ni el Instituto Nacional Electoral ni la Suprema Corte de Justicia de la Nación pueden ni quieren llenar.
Eso les corresponderá a ustedes.
Los diputados morenistas habrán de medirle el agua a los camotes antes de impulsar la ley reglamentaria.
Miren estos datos:
La aprobación del presidente va a la baja desde abril pasado (61 a 57 por ciento, tracking Mitofski). Dado el mal manejo de la pandemia —ahora intensificada—, la creciente inseguridad y el déficit de empleos, no veo cómo podrá repuntar la aprobación presidencial.
Aunado a lo anterior y de acuerdo con la encuesta de El Financiero-Bloomberg, la opinión ciudadana de que AMLO permanezca en el cargo ha declinado 14 puntos en el último año (68 a 54 por ciento).
Ahora bien, la consulta no se va a dar porque sí. Requiere mínimamente la firma de tres por ciento de los electores de la lista nominal (dos millones 700 mil aproximadamente). Recabar tantas firmas y que sean auténticas es muy complicado; ahí es donde la alianza opositora tendría que mostrar músculo.
Y luego están los dineros. La consulta para la revocación debe tener las mismas características de una elección federal, por lo que ustedes tendrían que asignar nueve mil millones adicionales al INE, algo que a los morenistas no les hace muy felices.
Supongamos por un momento que todo lo anterior se cumple. ¿Qué pasa con el país si el resultado es revocatorio?
Pues “asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo quien ocupe la presidencia del Congreso; dentro de los treinta días siguientes, el Congreso nombrará a quien concluirá el período constitucional” como presidente (artículo 84 Constitucional).
Puedo imaginar las disputas entre las fuerzas políticas y dentro de los propios partidos. De los presidenciables morenistas, ¿quién va a querer quedarse dos años si puede estar seis en el poder? Del otro lado, la oposición estará muy ansiosa de lograr el pase al 2024. Mucho riesgo para la gobernabilidad y la unidad de los mexicanos.
Tengo la impresión de que la consulta para la revocación de mandato no se realizará; pero servirá como bola de humo en la discusión política para distraernos de las asignaturas pendientes en la gobernanza y la eficacia de la 4T.
El reparto de culpas estará a la orden del día: que si el articulado de la ley reglamentaria no es el correcto.., que si el INE pide mucho dinero.., que si los partidos no convencen a los ciudadanos…
Como sea, Andrés Manuel tendrá suficientes excusas para no arriesgarse al suicidio político. Dirá que ha estado dispuesto a cumplir su palabra de dejar el cargo si el pueblo se lo demandara.
Bien dicen: prometer no empobrece, cumplir es lo que aniquila.
P.D. Estaré pendiente de las chispas que provoque la visita de los papás de los niños con cáncer en la mañanera de hoy. Mañana le cuento.
Investigación: Upa Ruiz This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
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