Opino que, sin temor a equivocarme, la necedad de Andrés Manuel López Obrador le ha costado muy caro a los mexicanos. Sus constantes caprichos
son la principal muestra de su talante autoritario, así como su desapego a la realidad que vivimos los mexicanos. Y no se trata de denostar a quien por ahora conduce los destinos de este aún maravilloso país, sino de reflexionar acerca de los desatinos que comete todos los días con su empecinamiento de disponer de forma personalista de los recursos que son propiedad de todos los mexicanos.
Pero también habrá que señalar que el señor López Obrador ha entregado su Declaración Patrimonial a la Secretaria de la Función Pública, y como siempre apunta simplemente un par de referencias que se le ocurren en el momento y sigue ocultado la cuantiosa fortuna que seguramente ha acumulado durante tantos años, fruto de la extorsión a los gobernadores, amenazando a los presidentes municipales, y quitándoles parte de sus "dietas" a todos los diputados y senadores de su partido. Hay de aquellos que no cumplirán con sus requisitos porque serán defenestrados.
El ahora Presidente de la República, nunca tuvo un trabajo en el que pudiera señalar que hacia muchas cosas, por el contrario, lo que siempre le gustaron fueron las concentraciones, aunque tuviera que presionar o extorsionar a Gobernadores, Presidentes Municipales, y cuantos funcionarios se le ponían enfrente, porque la causa se tenía que mantener. Pero también les quitaba cuotas a quienes alcanzaban una diputación o algún cargo de elección popular porque tenía que seguir manteniendo su activismo.
Al paso del tiempo se convierto en el mayor recaudador de la historia, y por desgracia lo va a seguir haciendo porque nunca ha aprendido otra cosa más que convertirse en el especialista de la extorsión. El capricho de construir un aeropuerto en Santa Lucía le enormes pérdidas al país, porque el Aeropuerto de Texcoco no le gustó e hizo perder a los mexicanos más de trescientos mil millones de pesos. Hasta ahora se ha distinguido por ser el mayor despilfarrador de la historia, solamente comparado con Antonio Severino de Padua López de Santa Anna, que entregó la mitad del país.
Construir un remedio de Aeropuerto junto a la Ciudad de México ha sido el mayor capricho de la historia de este país, porque la operatividad será riesgosa a decir de los especialistas. El espacio aéreo es uno, y no pueden caber dos aeropuertos en el mismo espacio. Un experto en aviación señala que un avión que despega del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México alcanza una velocidad de novecientos ochenta kilómetros por hora y en menos de tres minutos ya está volando sobre el espacio de Santa Lucía, lo que quiere decir que comparte el mismo espacio aéreo, y la consecuencia es que la operación aérea de Santa Lucía estorba al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Ante esta circunstancia, la tragedia podría estar rondando el espacio aéreo metropolitano y presentarse, como ya se anunció, en cualquier momento, hace unos días estuvo a punto de producirse una colisión entre dos aeronaves. Pero eso, poco le importa al inquilino de Palacio Nacional porque sus caprichos están muy por encima de los razonamientos de los especialistas.
Para decirlo más claro, por desgracia tenemos un maniaco dirigiendo un país de dos millones de kilómetros cuadrados y casi ciento treinta millones de habitantes, que todo el tiempo tenemos que soportar sus constantes caprichos. Sin lugar a dudas, lo peor de la historia de este país se llama Andrés Manuel López Obrador.
Joaquín Garrido Montesinos
Técnico en aviación, Piloto Aviador e Ingeniero Aeronáutico.
@GarridoMotesinos1955