Estas semanas han sido verdaderamente desafortunadas para la comunicación oficial del Gobierno Federal. Por un lado, trasciende en medios, los efectos y repercusiones que padecen los habitantes de los estados de Guerrero, Michoacán,
Oaxaca y Chiapas, derivados de los bloqueos orquestados por los pseudo maestros afines a la CNTE; se denota la falta de oficio de los negociadores oficiales, pues cedieron a la liberación de los líderes sindicales detenidos, sin que cesaran los bloqueos a los Estados. Los representantes de la CNTE optaron por levantarse de la mesa de negociación dejando al Gobierno Federal con un palmo de narices. Los bloqueos siguen y la “amenaza de la represión” ronda en la prensa militante e intimida a las oficinas gubernamentales. La respuesta mediática del gobierno es tímida y casi inexistente.
Por otro lado, los siempre inconformes aprovecharon la visita de Estado realizada a Canadá y la participación del Presidente Peña Nieto en la Octava Cumbre de América del Norte, para atizar la hoguera de críticas y señalamientos a su muy deteriorada imagen como mandatario nacional, exagerando errores logísticos y de organización –por cierto a cargo del gobierno canadiense– y tergiversando declaraciones, entornos y dichos entre los mandatarios de México y los Estados Unidos, sin que hubiere ninguna referencia a la onceava cumbre de la Alianza del Pacífico, que es un instrumento útil para permitir la diversificación comercial de nuestro país. Pero eso, como no es algo “importante” o que a los políticamente correctos les interese, pues no vale la pena difundir o comentar en las redes sociales o en la prensa militante, pues son acciones que, en un futuro, sólo habrán de brindar beneficios a los mexicanos que se traduce en un incremento del 2% del PIB de los países miembros. Y la ineficacia de los órganos oficiales de difusión, apenas y tocaron el tema, mientras que en la prensa de Chile, Colombia y Perú, fue nota de primera plana.
Uno de las grandes deficiencias de la Administración del Presidente Enrique Peña Nieto, además de las que son por todos conocidos y reiteradamente difundidos por los autodenominados “políticamente correctos”, es precisamente las grandes carencias en los modos y medios de difusión de las acciones gubernamentales. Su contacto con la población es prácticamente nulo, pues mantienen viejas formas y modelos que ya no se ajustan a la realidad social predominante en el mundo. Los comunicadores oficiales son notoriamente ineficientes, pues realizan su función como si los medios de comunicación y los comunicadores fueran los mismos de hace 40 años y no, ya estamos muy lejos de ese México en el que el control de las juntas noticiosas y de las direcciones editoriales se definía desde la oficina de comunicación de Los Pinos.
Hace falta que se ajusten los modos y medios en que el gobierno se comunica con su gente. Pero, sobre todo, hace falta que se ajusten de tal forma que se retome una cercanía hacia quienes van dirigidas las acciones del gobierno.
@AndresAguileraM.