Generar una Constitución propia para el Distrito Federal ha sido un tema que ha ocupado a propios y extraños desde hace ya algunos años. Desde las épocas de las regencias, el debate sobre el documento constitutivo de la Capital de la República ha generado reacciones distintas y la oposición, reiterada, de quienes la gobernaban a nombre y ruego del Presidente de la República.
Sin embargo, hoy las condiciones políticas han cambiado. Las voluntades se han pronunciado por generar un nuevo estatus jurídico a la Ciudad de México y, como tal, es indispensable generar un documento básico que le dé forma a ese acuerdo político.
La Constitución del Distrito Federal, más allá de ser un mero instrumento de organización gubernamental o de redefinición de funciones, debe ser la materialización de un acuerdo político entre los diversos factores reales de poder que coexisten e interactúan en la Capital de la República. Efectivamente, para poderse consolidar, requiere de acuerdos políticos y de su estricto cumplimiento, pero también requiere de inclusión y apertura de parte de quienes ostentan el poder político.
No se puede legislar una norma fundamental o constitución desde una visión facciosa, se requieren de la suma de visiones, opiniones y consideraciones de todos los que ejercen, en mayor o menor medida, el poder político. En esta lógica es indispensable que el partido mayoritario en el Distrito Federal comprenda que, para poder generar esta ansiada Constitución, se requieren apertura y concordancia con los demás actores y factores políticos que inciden en la Capital de la República. No pueden –ni deben– reducir este trascendente suceso a una simple reforma orgánica que atienda exclusivamente a sus intereses, producto de la fuerza de su mayoría.
Debe haber apertura pero, sobre todo, visión política para permitir la participación activa de todos los que representan un factor de poder político en la Capital del país. Por eso consideramos que la coordinación con el Gobierno Federal que ha mostrado la administración del Doctor Miguel Ángel Mancera, es el camino correcto para concretar una reforma política de fondo que brinde certeza a todos los factores reales de poder que inciden en la Ciudad de México, al tiempo que se alcanza un escalón en el camino del bienestar para los habitantes del Distrito Federal.
Entretelones
El pasado domingo se celebró la XXI Asamblea Nacional del PRI, en la que participó el Presidente Enrique Peña Nieto como miembro del Consejo Político y de la Comisión Política Permanente, situación que a los eternos detractores del priísmo les pareció un retorno al Presidencialismo. Y la pregunta que les hacemos es: ¿y no fue por eso por lo que se pronunciaron más de 19 millones de votantes?
@AndresAguileraM