“Estoy muy aterrada…”, solloza la mujer originaria de Tila, Chiapas.
Bajita de estatura se cubre la cabeza con un gastado paliacate doblado en cuadro y, por encima de la cartulina que sostiene con la punta de los dedos, sus ojos se colman de llanto.
Viste playera blanca; en la espalda reza: “Todos somos Tila”.
Hay miedo en ese brillo en la mirada de esta chiapaneca de nariz respingada, que confiesa y clama, implora. Desde el pasado viernes 7 de junio, junto con más de seis mil habitantes de esa localidad abandonó todo y, con ellos, se fue a refugiar a Yajalón pero...
“Estoy muy aterrada...”
Y reprocha, acusa:
“Nadie quiere decir nada, porque todos tienen miedo que los maten. Ahorita no somos todos, se quedaron escondidos algunos porque vienen, miran, nos van a matar y le echan la culpa a los pobladores y a otra gente y es mentira.
“Que volteen a ver al sagrado pueblo de Tila cómo está lleno de sangre. A lo mejor me van a matar a mí, pero veo a mi gente sufrir, los niños llorar…”, comparte a quienes la entrevistan, reporteros y camarógrafos que han registrado el éxodo, desplazamiento de chiapanecos que huyen de la violencia.
Y ahora se trata de la Peregrinación por la Vida que serpentea vestida de blanco por calles del centro de Yajalón.
A esta cabecera municipal llegaron ateridos de ese frío del miedo como compañero de viaje junto a elementos de la Guardia Nacional que los escoltaron en el trayecto hasta el albergue. ¿Y dónde andaban estos militares que dejaron crecer a las bandas criminales?
¿Abrazos, no balazos? ¡Já!
Y la señora de nombre oculto implora:
“Por favor, ten piedad Andrés Manuel, no tienes perdón, haz algo por el pueblo de Tila. Sagrado Señor de Tila, ruega por toda la gente. Gracias a la gente de Yajalón, al presidente”.
El cartel que medio cubre su rostro urge en letras azules manuscritas: “Certeza Jurídica de nuestras casas. Instalación de una base del ejército…”
Y en la Plaza de Armas de Yajalón, otra mujer acota:
“Mientras no haya un documento donde nos aseguren que han firmado ese derecho que tenemos hacia la paz y la seguridad no hay confianza, no voy a salir otra vez corriendo como un delincuente, porque así fue como salimos…”
Y sí, el 5 de junio elementos del Ejército mexicano y de la guardia nacional dieron la pauta para que abandonaran la cabecera municipal rumbo a Yajalón. Y se fueron más de seis mil entre adultos, jóvenes, niños.
No hubo compromiso de los militares ni de policías estatales, menos de los municipales por imponer orden y combatir a quienes pretenden cobrarse un derecho de tierras mediante el terror.
En las cartulinas claman:
“Lic. Eduardo Ramírez gobernador electo del estado de Chiapas Solicitamos su intervención para la aplicación del Estado de Derecho y la continuación de los trabajos para el restablecimiento de la paz y desarrollo Todos somos Tila”.
“Que el gobierno federal estatal municipal y las autoridades responsables de impartir justicia autorizen el desarmen y realicen ordenes de cateo a los anexos y/o comunidades de Tila, que están ocasionando la violencia en Tila”
“Paz para Tila”.
“Queremos un Tila seguro”.
Una tercera mujer que lleva en brazos una cruz ocre puntualiza:
“Esperamos respuesta del gobierno, esperamos respuesta de las autoridades que están ahí, que haiga una mesa de diálogo, sobre todo, ése es el motivo porque queremos la paz y la justicia”.
De acuerdo con el Foro para el Desarrollo Sustentable desde el 7 de junio 6 mil 865 desplazados de Tila se refugiaron en Yajalón, pero ahora los presionan para que retornen a Tila. Les cortan el agua y menguan comida.
En la tarde noche de terror del 4 de junio, cuenta un habitante de la localidad, un grupo paramilitar, conocido como Los Autónomos, asesinó a cinco personas, lesionó a tres más, incendió más de una veintena de viviendas y negocios y destruyó y quemó vehículos.
Acusa que en ese embate de encapuchados que portaban armas de alto poder participó gente de Río Grande, Nicolás Bravo y Unión Juárez, además de otras dos comunidades dirigidos por José del Carmen Jiménez Pérez conocido por el alias de El Quemado.
¿Y dónde anda el gobernador? ¿Usted lo conoce; sabe cómo se llama? En estas administraciones federal y estatal creció el crimen organizado que controla toda actividad en comunidades chiapanecas.
¡Recáspita, mi general secretario!
¿Y qué dice Su Alteza Serenísima? El pasado 14 de junio, en la mañanera le preguntaron:
--¿Tiene reporte de los desplazados de Tila?
-- Estamos trabajando en eso. Sí, ya muchos se están regresando (¿?). Mandarle un saludo a toda la gente de Tila, un llamado a que no se enfrenten, que no haya violencia –respondió el licenciado presidente con ese desparpajo y valemadrismo muy suyo.
¡Ah!, pero dijo que “hay servidores públicos que están atendiendo albergues, que están apoyando a los pobladores, ayer (13) se llevó a cabo un Tianguis del Bienestar en Tila. Y se está buscando resolver este problema mediante el diálogo y el acuerdo”.
En serio, lo dijo. ¿Y dónde chingaos la atención y los albergues, si de Yajalón ya están corriendo a los desplazados de Tila? Por supuesto que no se estaban regresando hace 7 días.
Ese día, el 14 de junio le dijeron que los desplazados demandan la seguridad de regresar a sus casas y dicen que los programas sociales les ayudarían, pero más que nada necesitan seguridad.
“ Sí –respondió Andrés Manuel--, es que se tiene que llegar a un acuerdo entre las partes. Son dos grupos, dos organizaciones, que están enfrentadas; entonces, estamos buscando que se llegue a un acuerdo (…).
Y aludió al problema ejidal que data de hace medio siglo. Pero, pero ¿qué diablos ha hecho su gobierno y el del ausente gobernador Rutilio Escandón? Se lo heredará a la Princesa Caramelo.
-- Presidente, ¿en este caso no se descarta que en el enfrentamiento esté participando algún grupo criminal? ¿es solamente entre pobladores?
-- Puede ser que haya algo –atiende el súper informado licenciado presidente.
Y como es praxis del Santo Niño Fidencio del Zócalo llama “a la gente de Tila a la reconciliación. No se gana nada con la confrontación, con los pleitos”. Facilito, minimiza el problema. Pero…
Andrés Manuel sostiene que el Poder Judicial está podrido y se le queman las habas por la reforma, su iniciativa a la que senadores y diputados de la mayoría oficialistas del Corporativo Morena y Asociados no habrá de quitarle ni una coma.
¡Ah!, escucharán a la oposición y a expertos y dizque a ciudadanos, pero, ¿dejarán que se pudra la Guardia Nacional?
Por cierto, en la mañanera de ayer jueves salió el peine del porqué “y no me vengan con que la ley es la ley”.
López Obrador reveló que, en 2006, para el voto por voto y casilla por casilla “hasta le mandé una carta a Felipe Calderón, y me contestó lo mismo (que el TEPJF), que la ley era la ley , que ya estaba en manos de la autoridad electoral. Desde luego que estaba en manos de la autoridad electoral, pero si los candidatos llegábamos a un acuerdo la autoridad electoral ni modo que se negara al recuento. Eso fue un pretexto”, reprochó el pillín, rencorosín y vengativo Andrés Manuel. Lo dicho, Drakko, el Duce no es vengativo pero el que se la hace se la paga. Digo.
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