Día complejo, cargado de historia, 11 de septiembre. En 1971, 100 mil jóvenes
rompen los esquemas de gobierno, sociales y familiares. El punto de encuentro fue Avándaro. Convivencia, música, drogas, melenas, libertad. Un cambio profundo, el primero en el país en donde los jóvenes se rebelaron contra lo impuesto, qué? no importaba, lo impuesto. En 1973, Pinochet lídera un golpe de Estado, acaba con la vida de Salvador Allende pero también de todo un sistema en Chile. Aviones militares lanzaron bombas sobre el Palacio de Gobierno (La Moneda). Vendría después una dictadura de 17 años. Vale decir que fue el gobierno mexicano, presidido por Luis Echeverria Alvarez, el primero en reaccionar. Recuerdo cómo Don Luis rememoraba ese acontecimiento y me confió “al enterarme la orden fue inmediata. Había barcos mexicanos en travesía y fui determinante, dar vuelta y tocar suelo chileno para asistir”. La orden fue inmediata, asistir de inmediato de manera humanitaria y dar asilo. Gonzalo Martinez Corbalá, hombre digno y disciplinado, entonces embajador en Chile, me comentó cómo le llegaron, a pesar de su cargo diplomático, a colocar bayonetas en el pecho. Me dijo “me fui en el primer avión con asilados políticos, el sábado 15 de septiembre. Me lleve a la viuda del presidente Allende, a sus hijas y nietos y a otros ex funcionarios del Gobierno de la Unidad Popular”. Martinez Corbalá contó al experimentado abogado Baltazar Garzón cómo se violaron los Tratados de Viena y de qué manera lo encañonaron en las costillas en la oficina de la Embajada de Mexico en Santiago de Chile. Muchos chilenos fueron no sólo recibidos en nuestro país sino se les abrió la posibilidad de ser catedráticos en la UNAM. En el 2001, caen las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York y se inicia una operación bélica para dar con Osama Bin Laden y acabando con Sadam Hussein. El mayor atentado terrorista en la historia de los Estados Unidos y que conmocionó al planeta al creer se desataría una guerra atómica en represalia. Aviones comerciales impactando a inocentes contra edificios emblemáticos como el Pentágono en Washington ante la extraña tardanza en la reacción de una superpotencia militar. Estos eventos, con sus consecuencias, ya quedan en la memoria, en el calendario de la humanidad.