Al día de hoy, 42 de los más de 70 Ayuntamientos del estado de Guerrero permanecen bajo el control y las condiciones impuestas por la CETEG (Derivación Estatal de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en esa Entidad Federativa); los maestros que integran este movimiento durante casi tres meses se cobijaron bajo el estandarte y la causa de
los hasta hoy estudiantes normalistas desaparecidos, de la escuela rural Isidro Burgos de Ayotzinapa.
Tratando de legitimar su proceder bajo este abrigo, que ya de entrada se torna inmoral para los docentes, pues es por demás claro que desde un principio vieron en una cuestión tan delicada la oportunidad de hacer válidas sus peticiones e intereses, los integrantes de la CETEG han tomado en últimas fechas las sedes de los partidos políticos en Guerrero, persiguiendo a sus miembros. Han tomado por asalto todo tipo de recintos de gobierno, destrozándoles e incluso prendiéndoles fuego. Han retenido, privándoles de la libertad, a funcionarios públicos como diputados, colocándoles cadenas, haciéndoles caminar con anuncios que los identifican como perros traidores, no sin dejar de mencionar la serie de destrozos, robos y actos vandálicos de todo tipo que a su paso realizan en cualquier comercio que se atraviese por su camino.
Sin embargo, las acciones de los maestros de la CETEG dan a conocer de a poco sus alianzas y objetivos, revelando la verdadera naturaleza de sus actos y los intereses que detrás de ellos se han tratado de esconder. Me refiero a que en política muy pocas cosas son casualidad. En ese tenor, resulta por demás particular que sólo PAN, PRI, y especialmente PRD, sean atacados dentro del estado de Guerrero, quedando exento de todo tipo de vejaciones MORENA partido de Andrés Manuel López Obrador y su candidato destapado por él mismo para contender por la gubernatura en 2015, Lázaro Mazón, quien, dicho sea de paso, estuvo ligado política y financieramente a José Luis Abarca, ex edil de Iguala y hoy recluido como probable responsable intelectual de la desaparición de los normalistas. Y a pesar de que la misma CETEG se ha tratado de desvincular de todo instituto político, resulta raro de creerlo cuando uno de sus ex dirigentes, Gonzalo Juárez Ocampo, anuncia que tiene una cierta predilección por este partido político. Todo este ambiente genera un aire desestabilizador en el ambiente con miras a los comicios de 2015 y a una anunciada guerra sucia, carta con la que se presenta MORENA para el siguiente año.
¿Será que el afán de la CETEG radica en generar confusión al electorado guerrerense, pues, por un lado, anuncia no permitirá llevar a cabo el desarrollo de las elecciones del año entrante en Guerrero, usando deshonesta y gravemente el pretexto de los estudiantes de Ayotzinapa; y por otro, apoyando a MORENA, permitiendo sea la primera fuerza de izquierda en ese Estado a través del debilitamiento del PRD, pues ya se tiene un arreglo pactado?