Uno de los males más arraigados y añejos que aquejan a nuestro país, lo es sin duda el fenómeno de la corrupción, mismo ha sabido adherirse no solo a cada institución gubernamental, sino que por desgracia, ha alcanzado también a las esferas particulares de la actividad cotidiana del mexicano promedio, convirtiéndose penosamente, en un referente que nos deshonra como pueblo a niveles internacionales.
En un esfuerzo por combatir este cáncer, que actualmente nos coloca en el nada honroso lugar 103 de 175 países, el poder legislativo se encuentra por aprobar el Sistema Nacional Anticorrupción, del cual el día jueves 16 de abril, fuera autorizado el dictamen correspondiente por las comisiones unidas de Gobernación, Estudios Legislativos y Anticorrupción y Participación ciudadana, con 34 votos a favor por parte de senadores del PRI, PAN, PRD y PVEM; acción que deja ver la trascendencia de este proyecto, pues en plena campaña electoral donde todas las fuerzas políticas se convierten en contrincantes, existe la mesura y la responsabilidad correspondiente, para otorgar el peso y la importancia debida a esta iniciativa, uniéndose para ello en una misma decisión.
Ahora bien, es válido preguntarse: ¿Cuál será la propuesta de este nuevo Sistema Nacional Anticorrupción?, ¿Cuál es su innovación o su mecánica? A este respecto, se puede mencionar que el multicitado sistema apuesta primeramente a la “prevención” de conductas o circunstancias que pudieran desembocar en posibles actos de corrupción, también coordinará organismos que hasta hace tiempo funcionaban separadamente, como la Secretaría de la Función Pública, el Instituto Federal de Acceso a la Información, la Auditoría Superior de la Federación, el Tribunal Federal de justicia Fiscal y Administrativa por citar algunos, logrando con esta conjunción edificar un bloque unificado y no una serie de factores dispersos, en pos de un mejor desempeño; asimismo, también establecerá un nuevo régimen de responsabilidades de los servidores públicos.
Sin embargo, y en opinión personal, concuerdo con las declaraciones de algunos legisladores al mencionar que este Sistema Anticorrupción aun pude ser enriquecido, independientemente de sus leyes reglamentarias que dará como fruto y que serán al menos entre 10 y 12, hay aspectos valiosos que deben retomarse y atenderse, siendo la regulación o en su caso la eliminación del fuero el primero de ellos; no es ajeno a ninguno de nosotros, el hecho de que esta figura se haya convertido al paso de los años en una trinchera de la impunidad.