Cada Gobierno Federal se caracteriza por alguna acción específica que se realiza dentro de su mandato, la misma, al paso de los años se vuelve su blasón o estandarte y una vez concluido, es sin lugar a dudas su mayor referente; por ejemplo, el sexenio inmediato anterior, hoy es recordado por su guerra contra el narcotráfico y sin lugar a dudas, el presente lo será por sus reformas estructurales que impulsara desde finales del 2012, con el entonces Pacto por México y que hoy con rumbo a cuatro años de su establecimiento, es por demás valido cuestionar el modo en que han estado operando.
A este respecto, la economía nacional, se establece como uno de los parámetros más importantes sobre el cual evaluar el desempeño de las reformas referidas, máxime, si esa evaluación como lo refiere Lus Videgaray Caso, Secretario de Hacienda, ha llegado de manera adelantada, impulsada claro por factores exógenos, (baja de precios de petróleo, crisis económicas en otras latitudes) mismos a los que debe otorgárseles su relevancia, pero que de ninguna manera podrían ser considerados como excusa ante una debacle.
Personalmente y en razón del comportamiento de distintos indicadores económicos nacionales, considero que las Reformas Constitucionales comenzaron a implementarse justo a tiempo, hoy, nuestra dependencia de los ingresos petroleros es de un 15% a un 20% menor que en 2012, esto como efecto de la Reforma Hacendaria.
Las reformas energética y en telecomunicaciones (esta última, que en su momento contribuyera a frenar el poder de grupo CARSO en el sector de telefonía, al eliminar las comisiones en larga distancia) hoy se miran reflejadas como parte de otro de los logros más reconocibles del presente gobierno, me refiero a la baja en la inflación, que durante el primer semestre de 2015 registró un rango mínimo de 2.87%, que en Agosto solamente creciera 0.22 por ciento y con ello, alcanzara un cuarto mes con descensos record; pronosticando continuar con esta tendencia hasta diciembre y en el mejor de los casos, esperando se extienda al primer trimestre de 2106. Sin embargo, lo verdaderamente importante de esta baja inflacionaria, es que la misma se manifiesta directamente en el no incremento a los precios de mercancías, todo esto, justo cuando el dólar parece ganar terreno frente al peso.
La otra noticia, es precisamente la recuperación del peso frente a la moneda de Estados Unidos, que a finales de la semana pasada cerrara a un tipo de cambio de 16.48 pesos por dólar, esto como efecto de la resolución de la Reserva Federal (FED) de mantener la tasa de fondos sin cambio una vez más.
En resumen, las Reformas están cumpliendo con su cometido, algunas de ellas por supuesto, están expuestas a recibir ajustes, como la fiscal, pues el contexto en el que surgieron ha cambiado; pero en esta primera prueba a la que han tenido que hacer frente, ha demostrado su justificación y más aún, la necesidad de su existencia y ejecución.