Siguiendo en la caída del petróleo que en un mediano plazo no se ve que se estabilicen los precios, por el contrario hay el riesgo que sigan a la baja, toda vez que los principales países y empresas productoras del mismo no se ponen de acuerdo.
Por el contrario el campo mexicano supera los ingresos de rubros como el petróleo, pero también el de turismo y las remesas de divisas. Con un valor aproximado de 93 mil millones de dólares y dando empleo a 7 de millones de mexicanos, el agro nacional pasa por un momento histórico; logrando un superávit por primera vez en los últimos 20 años, pues creció a una tasa de 4.3 por ciento, superando la media nacional que fue de 2.9 por ciento, esto convierte a México en un potencia productora y exportadora de alimentos colocándolo en el lugar 12 de 194 países.
En opinión personal, esto refleja dos cuestiones: la primera, se dirige directamente a la importancia de la labor de los trabajadores y jornaleros, quienes a través de sus manos han llevado al campo mexicano a alcanzar los números que hoy enunciamos y además de ello, es válido mencionar que su trabajo no solo se circunscribe únicamente a nuestro país, sino que transciende en este caso para el vecino del norte, generándole de manera general 8 por ciento del producto interno bruto y de manera particular contribuye con 50 mil millones de dólares en sus campos agrícolas.
Como segundo punto, una producción alimentaria como la informada (y a propósito de nuevas energías), bien podría aplicarse en la obtención de carburantes ecológicos como el “biodiesel” o sus semejantes, aliviando aún más, la dependencia mexicana al petróleo, sin embargo, ahora que existe alimento en una buena proporción, prudente seria el repartirle o hacerle llegar a donde los mexicanos más necesitados le requieran, si bien es cierto que la Cruzada nacional contra él hambre es un importante programa del Gobierno Federal, es insuficiente, de ahí que se busquen a través de los bancos de alimentos una opción a la población.