En política: Una fotografía dice más que mil palabras

Las #MalasPalabras de esta semana tienen que ver con lo que es la SEMIÓTICA, ciencia que estudia los signos, señales, gestos y todo aquello que emplea el ser humano para comunicarse y transmitir sus sentimientos.
Con los 44 músculos con los que está dotado nuestro rostro somos capaces de generar más de 10 mil expresiones faciales, cada una de ellas directamente ligada de forma inconsciente a las 7 diferentes emociones que somos capaces de sentir.
 
En época electoral, el manejo y dominio de la semiótica resulta imperativo, más aún cuando la pandemia por Covid-19 obligará a los candidatos a emplear recursos visuales, virtuales orales y escritos con una creatividad y precisión inmejorables.
 
Expertos de la semiótica como David Ross, el fotógrafo del liderazgo; aseguran que, en política, el conocimiento de la semiótica marcará la diferencia entre ostentar un cargo de elección popular o convertirse en ese servidor público que se pretende ser. Es por ello que el pionero del retrato político en México ha desarrollado una técnica mediante la cual logra hacer que surja esa fuerza interior del líder, justo en el momento de tomar la fotografía.
 
Lograr que una fotografía se convierta en ese imán que unirá la trayectoria y el discurso del candidato, tiene que ser el resultado de un trabajo articulado cuyo objetivo es el de no dar pie a vacíos que permitan al receptor hacer una reinterpretación del mensaje político que se quiere enviar.
 
La fotografía de los candidatos, como carta de presentación ante un electorado apático, escéptico e incrédulo para corresponder al llamado de acudir a las urnas, debe dejar de ser un aspecto decorativo y asumir la misión de transmitir ese mensaje que habrá de ser mucho más relevante de lo que se pueda decir en un mitin; así lo explica David Ross.
 
Para obtener esto, el conocimiento y manejo de la semiótica es la mejor herramienta para lograr que la fotografía política capte esa esencia inspiradora del verdadero líder. La foto del candidato habrá de comunicar con veracidad y emotividad eso que conquistará al electorado, aportando ese valor que lo diferenciará de la imagen del partido político que lo ha postulado.
 
Adicionalmente, la inmensidad de información a la se están expuesto en internet, redes sociales, medios digitales y anuncios espectaculares, incrementa la complejidad del reto de lograr atraer la atención de un público bombardeado por todos los flancos, al grado de solo contar con una fracción de segundos para captar la atención de alguien que lo que menos quiere es saber qué promesas le quiere hacer el candidato; dejando como única alternativa la imposición de la mejor fotografía.
 
Este 2021, miles de aspirantes buscarán obtener el triunfo en alguno de los más de 21 mil puestos de elección que habrán de disputarse, por lo que el reto de los coordinadores de campaña será el de dimensionar la importancia de la fotografía del candidato, con la finalidad de que esta imagen sea informativa por sí misma; que sea esta imagen de campaña la cara del candidato que aclama la ciudadanía, para lograrlo no hay que olvidar que el fotógrafo deberá captar en el rostro del aspirante, ese mensaje que provocará en el electorado esas sensaciones visuales que le permitirán mantenerse en la memoria de quien probablemente acudirá a votar por él.
 
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