PERCEPCIONES

Estimado lector, pongamos que a  usted le corresponde realizar una fiesta, un gran evento con el cual tiene que quedar muy bien, ya que los ojos de un gran número de personas estarán puestos sobre él y usted no quiere quedar mal. Requiere a alguien que la organice y hay  un conocido suyo, al que algo le debe y quien le pide le deje

usted esta responsabilidad.

El día de la fiesta, cuando ya llegaron los invitados, usted le pide que sirva el coctel con el que quiere recibirlos y el supuesto organizador le dice: “no compré bebida, fíjate que me di cuenta que los de la vinatería, la adquieren adulterada.

Pues entonces sirve la comida.

¡Huy no! descubrí que el de los alimentos nos los da con sobre precio, mismo que se roba el dueño de la empresa.

Usted desesperado le exige.

Por lo menos haz que inicien los músicos. Ahí veo muy bien vestidos a los mariachis con atuendo de Hugo Boss.

Esos sí, los mandé lindos, pero decidí no comprarles los instrumentos, porque son tranzas.

Pero ahí veo uno con trompeta.

Ah sí, pero esa se la compró él solo, con lo que obtuvo de un boteo.

Ya enfurecido usted le espeta en su cara: ¿y quiénes son esos que si están tragando en la mesa de honor?

Mi novia, mi entrenador de padel y unos amiguitos que tuve a bien invitar. Pero no te preocupes, lo tranquiliza su torpe organizador, voy a acabar con todas las irregularidades que ya detecté y en 4 años te organizo otra.

No dudo que Alfredo Castillo, haya encontrado una gran podredumbre en la CONADE, pero precisamente antes de la más importante justa deportiva del mundo, las Olimpiadas de Río de Janeiro, no era el momento de crear un caos y menos combatir corrupción con corrupción.

Los triunfos olímpicos son, para el gobierno de cualquier país, un placebo que, por un corto periodo, recetan a sus ciudadanos para que queden en segundo plano las pifias cometidas en materia económica, de seguridad y, sobre todo en nuestro país, las de corrupción.

Para el Presidente Enrique Peña Nieto, sería de gran ayuda que en los medios de comunicación las notas de los éxitos de nuestros deportistas, quitaran espacios a las notas negativas.  Si la selección de futbol continuará compitiendo, si emularan a sus colegas de Honduras que prosigan con pundonor en la contienda deportiva, tal vez no leeríamos con coraje y pena ajena, los torpes intentos de respuesta que el primer mandatario da para tratar de explicar por qué el predial de la propiedad de Miami, en la que The Gardian   balconeo a Angélica Rivera, fue pagada por su amigo, Ricardo Pierdant, dado que se le solicitó ese favor.

El día de antier el boxeador Misael Rodríguez aseguró la obtención de una medalla y este logro en lugar de disminuir el fracaso de Castillo, lo subraya, ya que en redes sociales y medios de comunicación se reprodujeron las fotos en las que se ve al púgil boteando en las calles de México.

Cuando esta columna está en impresión, una de nuestras cartas fuertes, el clavadista Romel Pacheco fracasaba en el trampolín, probablemente Alfredo Castillo quiere volver a culpar a la Federación Internacional de Natación, pues contra de ella tuvo una confrontación al cancelar un importante evento de clavados en Guadalajara, por el cual la Federación reclama a nuestro país 5 millones de dólares.

No se usted que opine, pero si esta especie de “Rey Midas invertido” no es despedido de inmediato al regresar al país, los mexicanos tendremos la precepción de que algo le sabe a alguien.