Columna: REPORTE LEGISLATIVO
Los usuarios de la vía pública somos muchos: peatones, ciclistas, motociclistas, conductores de vehículos privados y comerciales, de emergencia, de seguridad privada, entre otros. Regularmente, todos jugamos más de un rol y debemos compartir el espacio vial para recorrer nuestra ciudad, esta interacción debería ser armónica y
respetuosa, pero ¿qué pasa cuando implica un riesgo para la integridad física?
Cada año, 1.24 millones de personas mueren debido al tránsito vial, de acuerdo al Informe “Caminar con Seguridad – Breve Panorama de la Seguridad Peatonal en el mundo”, realizado por la Organización Mundial de la Salud; por lo que se coloca en la octava causa de muerte a nivel mundial y la principal en jóvenes entre 15 y 29 años de edad.
Diversos factores aumentan la exposición de un peatón al riesgo, entre ellos el comportamiento de los conductores, manejar a exceso de velocidad, bajo el influjo del alcohol y no respetar las señalizaciones viales.
Sin duda,todos somos pieza clave para lograr una mejor cultura vial, pero ¿qué sucede con aquellos que creen estar por encima de la ley y de los derechos humanos de otros?, un claro ejemplo son los custodios de las camionetas de valores, quienes se comportan con total impunidad, parece en los hechos que gozan de ciertos privilegios para seguir cometiendo atropellos y con ello violentando la ley diariamente.
Persiste unamolestiageneralizada hacia los agentes de seguridad privada en la modalidad de custodia, traslado y vigilancia de bienes o valores, son recurrentes las noticias de accidentes a consecuencia de su negligencia; las redes sociales se han convertido en el medio para denunciar actos en los que se han visto envueltos: agresiones verbales y físicas, obstrucción de la libre circulación de las personas y los vehículos, estacionamiento en lugares prohibidos, irrespeto a la señalización vial, etcétera.
Es evidente que no están adecuadamente capacitados, pareciera que contratan a cualquiera, con el peligro que implica poner un arma de alto calibre en manos de gente prepotente y poco profesional; esto implica un gran problema para los ciudadanos que quedan como escudo humano, ante custodios que lo mismo encontramos al volante, en el banco, el supermercado, los centros comerciales y prácticamente cualquier negocio a cualquier hora del día.
Desde la Asamblea Legislativa hemos propuesto acciones para que se ponga en orden esta situación, que se meta en cintura a las camionetas de valores, estableciendo medidas sancionadoras a quienes transgredan los derechos del peatón y violenten el Reglamento de Tránsito.
Se requiere que el gobierno de la Ciudad de México cumpla con su deber regulando a estos prestadores de servicios, y asimismo, que garantice la seguridad de los capitalinos. Las leyes no son opcionales y deben aplicarse sin distingo alguno, comprenderlo será importante para atender esta problemática.
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