Deuda peligrosa

SINGLADURA

El Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM volvió a lanzar una nueva voz de alerta sobre el crecimiento de la deuda pública del país, en particular durante la gestión del presidente Enrique Peña Nieto.

“La mesa está puesta para una formidable crisis de deuda como 34 años atrás”, advierte el Centro de nuestra máxima casa de estudios.

El análisis alude a la crisis de 1982, último año del gobierno del presidente José López Portillo. En efecto, el mismo que prometió defender como perro el peso y que en un arrebato de desesperación, típico de Jolopo, estatizó la banca del país, devuelta luego por el gobierno de Salinas al sector privado y más tarde premiada con abundancia a través del Fobaproa por Ernesto Zedillo, en lo que consumó “el atraco del siglo” en México, dicho esto último en sentido figurativo porque los atracos al país se han multiplicado sin fin.

Mas volvamos al punto de la deuda.

Esta sigue creciendo “en todos sus  niveles”, apunta el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM), al señalar que abarca los ámbitos federal, subnacional y aún  entre las familias del país, que ya no ven por dónde.

Es cierto que la baja de los precios internacionales del petróleo y el alza de las tasas de interés “imponen condiciones complicadas, que traerían nuevos desequilibrios en la economía nacional”, en lo que se anticipa como un panorama “complejo”.

Al margen sin embargo de ese escenario complejo y sus motivos, es un hecho que en los tres primeros años del presidente Peña se ha registrado un alza del 39 por ciento en la deuda del sector público, que de mantener esa tendencia llevaría la deuda pública del país a los 10.4 billones de pesos, “un incremento absoluto de la deuda de alrededor de 93% durante el mandato de EPN”, observa el CAM.

Lo peor, apunta, es que resulta “difícil” aceptar que las cosas puedan tener un cambio en los años que siguen, así cuando el fenómeno del endeudamiento acuse “gravedad”.

El CAM dice sin embargo que si en el ámbito interno prácticamente se descarta un cambio, éste podría ser impuesto desde el exterior “por medio de la rebaja en las notas de las calificadores”, lo que ya ocurrió en vísperas del relevo de Luis Videgaray en Hacienda.

Las rebajas en las notas de las calificadoras “pondría en severos aprietos” a la economía del país, “el tipo de cambio se vendría abajo” (más todavía) y la salida de capitales no se haría esperar”.

El pronóstico del CAM es grave, más todavía cuando anticipa la peligrosa cercanía a una “nueva década perdida”. Así estamos. Urgen previsiones, así sean ya de última hora.

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