La situación del metro de la ciudad de México, un medio de transporte que con muchas penas traslada cada día a 5.5 millones de capitalinos que pagan una tarifa de cinco pesos hace 30 meses, evoca de alguna manera la famosa cinta “Atrapado sin salida”, que protagonizó nada menos que el gran Jack Nicholson.
¿Por qué? Mire lo que pasa. El director del STC, Jorge Gaviño, ha dicho de manera insistente que los costos de operación de este sistema no son sostenibles con una tarifa como la actual de cinco pesos. Argumenta Gaviño que la capacidad de atención del metro está rebasada cada día por no menos de 2.5 millones de usuarios.
Según este funcionario, la alternativa para garantizar la operación del metro es elevar, mantener el subsidio o “que las personas paguen más”. Un esquema básico.
Gaviño sostiene públicamente que el costo real del boleto es de 13 pesos, una diferencia de ocho pesos como es evidente.
En los últimos meses, han corrido versiones o rumores de un alza inminente del precio de los boletos del metro, un asunto económicamente peligroso e inconveniente para la masa de usuarios del metro, y también políticamente riesgoso y absolutamente inconveniente para Miguel Angel Mancera, un suspirante presidencial de vieja data que podría achicar aún más sus posibilidades de competencia si asumiera la decisión de subir el precio del boleto del metro.
Por ello, Mancera machaca y machaca “su firme determinación” de mantener inalterada la tarifa del boleto del metro. Si ya de por si sus posibilidades presidenciales son francamente menores, imagine lo que le costaría políticamente claro un nuevo incremento del metro. Cualquier otra cosa, menos ésta última.
Los usuarios, claro, al menos la mayoría de las personas que usan en forma cotidiana el metro, recibirían un nuevo mazazo en sus bolsillos si el gobernó de la ciudad elevara las tarifas de este transporte.
Cuando hace más de 30 meses, aún lejos de los periodos críticos para la competencia presidencial, el gobierno de Mancera elevó la tarifa, prometió una mejora sustancial del sistema, que claro nunca cumplió. Pero eran otros tiempos. Mancera se inventó incluso una encuesta, según la cual la mayoría de los usuarios del metro favorecía –caso singular sin duda- el incremento de la tarifa. Un doble ardid blindó a Mancera, así ambos resultaran mentiras o al menos una promesa incumplida.
Ni mejoró el servicio del metro y nadie creyó la mentira de que había una mayoría de usuarios a favor de elevar los precios del boleto.
Recién en estos días, Mancera puso en claro que no elevará la tarifa del metro. “Ni un alza más, no vamos a subir ya la tarifa del Metro. Será la misma tarifa del Metro, así vamos a entregar la administración, con esta tarifa”, dijo el gobernante capitalino, así en esta postura y ya oculta su enorme ambición presidencial , encubierta de un interés por la economía de los más necesitados, aunque también una enorme negligencia de gobierno –que es su tarea hasta el dia de hoy- por procurar mejores servicios a los capitalinos.
Pero el jefe del gobierno de la ciudad pone más alto su interés presidencial que su gestión gubernamental ahora. Es difícil no darse cuenta de las cada vez más deterioradas condiciones en que opera el metro de la ciudad. La gama de insuficiencias que acumula este sistema van desde la lentitud de la marcha de los trenes, las paradas imprevistas y prolongadas, hasta la suciedad de las instalaciones y vagones, la escasa o nula vigilancia, los abusos que se perpetran a toda hora, la proliferación de pedigüeños y vendedores, miembros de mafias que incluyen a policías y autoridades, inundaciones y más.
En el esquema vigente del metro nadie gana, ni siquiera Mancera, aunque éste crea que mantener la tarifa es lo único que puede hacer para impedir una mayor impopularidad La decisión de Mancera, que confirma la inacción, revela mediocridad. El ejercicio político también demanda creatividad e innovación que por lo visto Mancera no tiene.
This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.