Ojalá tenga razón el titular de las finanzas públicas del país, José Antonio Meade cuando afirma que la economía nacional crece en orden y con finanzas públicas balanceadas. No deseo otra cosa que Meade, un experto en la materia que gobierna, acierte en sus aseveraciones y pronósticos. Pocas cosas me harían sentir más feliz que el
titular de Hacienda tenga razón porque en ello va la salud de México y los mexicanos, tan necesitados de que la economía nacional crezca y cada vez mejor.
Si es cierto lo que Meade dijo en la Reunión Anual de Consejeros de Telmex, los mexicanos podremos dormir tranquilos, sin la angustia y/o la zozobra que marca buena parte de nuestras vidas cotidianas.
Meade aseguró que hay un buen balance en los bancos, las empresas y las familias, con un entorno inflacionario bajo. Ruego a los dioses para que Meade no incurra en un error de diagnóstico, sobre todo en lo que toca a las familias.
Si Meade tiene razón, digo a los mexicanos, estemos tranquilos. El país está en buena situación y en mejores manos. Nada de qué preocuparse.
Pero además, si Meade tiene razón, echemos de una buena vez en leña verde a los críticos, a los escépticos que abundan en el país, incluyendo aquellos del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la máxima casa de estudios del país, nuestra UNAM tan querida, según los cuales el panorama económico se prevé gris y altamente preocupante, en particular para las familias.
En su presentación en Cancún, Meade aludió el nivel de deuda nacional, la situación de Pemex y las finanzas públicas. En estos tres rubros, vamos bien, aseveró.
Según Meade, la deuda del País está mejor calificada que hace cuatro años y está bien gestionada, pues está contratada en un plazo promedio de más de ocho años, 74 por ciento está en pesos y la que está en dólares se encuentra a tasa fija.
Ratificó que la economía mexicana, aún en un entorno internacional complejo, está creciendo y generando empleos, "es absolutamente sostenible y que habremos de entregar con buenas cuentas, con estabilidad y preservando, lo que hasta el día de hoy ha sido un activo de México, que son finanzas públicas sanas".
El CAM discrepa, sin embargo, al apuntar en un estudio reciente que de diciembre de 1987 al 25 de abril del 2016, la pérdida acumulada del poder adquisitivo del salario mínimo es de 79.11 % y recordó que la a fecha hay 32 millones de trabajadores en México que sobreviven en diferentes niveles de miseria, como consecuencia del ingreso insuficiente para adquirir la Canasta Básica.
Añadió que del 16 de diciembre de 1987 al 25 de Abril de 2016, el precio de la CAR (Canasta Alimentaria Requerida) pasó de $3.95 a $213.46 diarios.
Añade que los trabajadores mexicanos para adquirir la CAR requieren de un ingreso mensual promedio de $6,403.80, es decir, de casi 3 salarios mínimos diarios. De acuerdo al INEGI, 67 % de la Población Económicamente Activa (PEA) que labora, tiene un ingreso diario de hasta 3 salarios mínimos. Hoy la PEA representa más de 53 millones de trabajadores.
Así, para el 16 de diciembre de 1987 un trabajador debía trabajar 4 horas y 53 minutos para adquirir todos los productos que componen la CAR en tanto que, para el 25 de abril de 2016, el mismo trabajador necesitó trabajar 23 horas y 22 minutos para comprar la CAR, es decir, en un intervalo de 29 años se cuadruplico el tiempo que se requería para comprar una CAR, registrándose un incremento del 412%.
Para el 16 de diciembre de 1987 el Tiempo de Trabajo Necesario (T.T.N.) para adquirir un kilo de tortilla era de 24 minutos. Sin embargo, para el 25 de abril de 2016 el T.T.N. para adquirir un kilo de tortilla fue de 1 hora con 31 minutos, incrementándose 446%.
¿Usted, afable lector (a), qué dice? ¿A quién le creemos? Yo deseo creerle a Meade, pero…
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