Por fin el Secretario Gobernación entró en la estrategia de negociación con Estados Unidos. Resultaba inaudito que el homólogo de John Kelly estuviera siendo representado por la Cancillería. No podemos disminuir el papel de la Cancillería, pero es necesario ver la realidad la Cancillería está para la diplomacia
y los buenos oficios, pero las negociaciones y acuerdos reales se dan entre los hombres de Estado que tienen la operación de las políticas, en este caso migración y seguridad.
¿Y qué es lo que se va a negociar? Lo primero que se debe de decir es que no se va a negociar nada nuevo. El elemento innovador lo encontramos en la radicalización de los temas y la muy poca tolerancia y diplomacia de los Estados Unidos, sin embargo los puntos de negociación no son nada nuevo para México y lo primero es aceptar la realidad.
En el caso de migración, vimos apenas hace unos días la llegada del “primer avión de repatriados” si es el primer avión de repatriados que llega a México durante la administración de Trump, pero no es la primera vez que esto ocurre, este es un mecanismo de colaboración que tiene por lo menos 4 años sucediendo, y dónde uno de los principales retos a atender es garantizar que efectivamente México reciba únicamente mexicanos.
Esta mediatización del tema debe ser capitalizada por México en dos sentidos:
$11. Demandar transparencia en los procesos de repatriación, es decir exigir al gobierno de los Estados Unidos los documentos que prueben la nacionalidad de los individuos.
$12. Demandar legalidad en el proceso y respeto a los derechos humanos de nuestros connacionales. Desde que estos vuelos iniciaron, hace ya algunos años, se dejó de lado la creación de manuales o protocolos de actuación que normen y regularicen el proceso de repatriación. Todavía el año pasado en la última reunión de Cross-Border que se tuvo en territorio mexicano uno de los puntos de la agenda de esa reunión era llegar a la versión final de estos protocolos. Los cuales deben ser negociados de manera bilateral, lo que ha dificultado llegar a una versión final.
En este sentido, nuestro Secretario de Gobernación debería aprovechar la visita de Kelly para poner 3 puntos que no son negociables: 1. el uso de la fuerza racional vs el uso de la fuerza letal (respeto a la vida de los migrantes); respeto a los Derechos Humanos de los migrantes (principalmente no discriminación ni vulneración de sus derechos y no someterlos a tratos inhumanos); y dejar por escrito que México únicamente aceptará a Mexicanos.
Es importante que se logre una buena negociación en estos términos, porque las repatriaciones indiscriminadas, vulneran la seguridad de México. Al no tener control de las personas que llegan al territorio mexicano, podríamos observar una presión demográfica importante de otras nacionalidades y de individuos que podrían tener antecedentes criminales, de los cuales México podría reservarse de admitirlos al no ser mexicanos.
Por otro lado México tiene un compromiso internacional y político con los vecinos de centro y sur américa en cuanto al tratamiento que México le da a los migrantes y solicitantes de asilo o refugio. De estar en una situación en la que México reciba indiscriminadamente a la población migrante de EU, se podría en una situación muy complicada en la que tendría que ser México quien discrimine en cuanto al trato que dará a los mexicanos repatriados y a otros repatriados que no puedan comprobar su nacionalidad (donde unos reciban ciertos apoyos y otros no). Provocando una situación tensa con nuestros vecinos, cuando en realidad es momento de mejorar las relaciones y actuar como bloque en pro de los Derechos Humanos y tratamiento a los migrantes.
Finalmente vale mencionar que para los mexicanos repatriados, esta mediatización también podría representar una mejora significativa en sus procesos de repatriación y llegada a México, pues como ya se mencionó no es nada nuevo y las condiciones en las que regresaban los dejaban una situación de vulnerabilidad en las que no recibían ningún tipo de apoyo o seguimiento, una de las razones por las que reincidían en migrar a Estados Unidos. Hoy de acuerdo a lo señalado por EPN y SEGOB, el INM a través del “Programa Somos México” reconoce que tiene la obligación mínima de recibirlos con dignidad y brindarles apoyo médico, económico y seguimiento. Por lo que esta información debe ser difundida en las comunidades mexicanas en EU y observada y demandada por la sociedad civil mexicana para su eficaz cumplimiento.
Flor Castillo
M.A. International Relations and Political Science
International Security Expert