Medidas contra el populismo

A nivel mundial estamos viviendo un debate o mejor dicho una batalla entre dos visiones, por un lado la que pregona la continuidad de modelos de mercado abierto, de democracias liberales y aquella que señala que es el fin de las fronteras abiertas, que deben de establecerse más controles, más muros, revisar acuerdos comerciales, las monedas comunes, etc.

Esta última está basada en una oferta populista –de derecha o izquierda, no importa- aquella que propone ante los principales problemas nacionales o mundiales soluciones simplistas, basadas en el carisma personal.

El problema del populismo no radica en que sus defensores digan las cosas como son, eso incluso alienta el debate, el asunto medular es que los problemas no serán solucionados con visiones simples, como: “en México existe pobreza, hay corrupción, altos salarios de los servidores públicos…”

El verdadero asunto es que no estamos problematizando los temas, llevándolos a verdaderos escenarios de discusión, donde cada postura ideológica vierta sus ideas, confrontando propuestas y teniendo capacidad de generar consensos alrededor de México.

Por ejemplo, en estos momentos estamos desaprovechando una gran oportunidad que nos da el tema migratorio y dedicándonos a hacer perfiles de personalidad de Trump, porque no estamos entendiendo lo que señala Ricardo Hausmann, especialista de Harvard en Desarrollo Internacional, las críticas a los populistas regularmente los fortalecen. Nuestras propuestas para el tema migratorio están basadas en echar a andar un grupo de abogados para su defensa, cosa correcta, pero insuficiente ¿dónde están los apoyos para que nuestros connacionales emprendan negocios en México? ¿Cómo estaremos aprovechando todo lo aprendido por ellos en aquel país, más allá de otra lengua? 

Donald Trump ha recibido varios reveses en sus propuestas que lo llevaron a la casa blanca, a dos meses de gobierno presenta inconsistencias en su forma de conducir su administración, como el caso del “Obamacare”, sin embargo, no debemos esperar un cambio de rumbo de aquella administración, porque al final, con tal de hacer valer su postura o como lo señala el premio nobel de economía Krugman se mueven bajo “la infalibilidad de los Estados Unidos” y es de esperarse que tome medidas desesperadas, ahí radica el riesgo. El populista no sabe que no sabe, no acepta que se equivoca, por ello, en México más allá de estarles temiendo debemos de comenzar por dejar de criticar a los gobiernos populistas y generar propuestas bien pensadas y problematizadas.

Dr. Luis David Fernández Araya

*El Autor es Economista Doctorado en Finanzas, Profesor Investigador de Varias Instituciones Públicas, Privadas y Funcionario Público.

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