La élite del PRI se desgrana

“Nacieron para gobernar sin democracia, no para competir con reglas democráticas ”.

Rutilio Ortíz.

Hace unos días el inquilino del National Palace, deslizó una invitación a colaborar en el Gobierno Federal al gobernador priísta en Sinaloa, Quirino Ordaz.

Dicha futura invitación concluyó en ser el embajador de México en España.

La reacción de algunos priístas fue de enojo, frustración y sentimientos de traición; algunos analistas políticos vieron esta jugada como una forma de poner en evidencia la lealtad del PRI en la alianza opositora y poder romper unidad su política de cara al 2024.

En estos días hemos visto que, en algunos actos del Gobierno de la República, Alfredo del Mazo ha sido especialmente atendido y los acercamientos son una manera delicada por demostrar voluntad para ir edificando acuerdos, el último, es el mensaje que envió el presidente en su conferencia matutina que ofrece la reubicación de todas las familias que viven en el cerro del Chiquihuite, en el municipio de Tlanepantla, Estado de México.

Otro gobernador que ha sido públicamente servicial a los deseos de Andrés Manuel es el actual gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, quien abraza la esperanza de ser llamado a participar en el Gobierno Morenista; es por ello, que el gobernador se vio muy ocupado y operando fuerte con los lideres de la CNTE para que sus movilizaciones no afectaran gravemente la integridad de AMLO cuando realizó su gira en ese estado.

La mayoría de la militancia del PRI es un grupo de personas que nace crecen y se desarrolla en un esquema cuasi dogmático de paternalismo, pareciera que necesitan una imagen grande, poderosa, enigmática para orbitar en torno a ella y desde ahí tomar decisiones y acciones que Que el Partido tome o no hagan políticas políticas partidistas, de poder, ideológicas y legislativas.

Otro de los malestares de algunos dirigentes, funcionarios y representantes populares del tricolor es que no saben vivir fuera de presupuesto, no importa el cargo ni el monto de los ingresos, lo importante es estar para aparentar, simular y ampliar el sentido de pertenencia a un proyecto, a un grupo o una estrategia así sea, aún, en contra de su partido

Quirino, Del Mazo, Murat tiene un elemento en común. Son políticos que saben y valoran la importancia del presidencialismo en un político, como el nuestro, donde el centralismo en la recaudación de impuestos y el diseño del presupuesto federal ponen de rodillas a los mandatarios federales para poder conseguir unos pesos más que les ayuden a paliar las críticas estatales.

En los días de abril del 18, comía con un par de amigos de clase mundial y les decía que tenía la percepción de que Meade perdería la elección presidencial, ellos dijeron que eso era imposible. La tesis que sostuve para argumentar mi pronóstico era, que los gobernadores iban a reaccionar y mover las estructuras electorales al candidato que les garantizara tres elementos: recursos económicos, programas sociales e impunidad. El resultado está a la vista de todos.

Ahora bien, ¿es malo que algunos dirigentes, coordinadores parlamentarios, gobernadores del Partido Revolucionario Institucional se rindan ante MORENA y su Gobierno? Yo pienso que no. Quizá esta circunstancia es la verdadera salvación del PRI como partido político democrático, participativo, ciudadanizado y libre de cacicazgos.

Los resultados de junio y agosto en los procesos electorales y ciudadanos demostraron que MORENA no es el partido que muchos creen. No tiene unidad politica, el precoz destape de Sheinbaum como la sucesora de Obrador esta ahondando las divisiones, la estructura territorial es un mito, su fortaleza regional se encuentra en la capacidad de movilización de algunos programas sociales, no tiene líneas programáticas ni puntos ideológicos que les dé ideas, propuestas ni opciones para la edificación de un discurso medianamente articulado en todo el país.

El PRI es un partido con historia, estructura territorial nacional, instituciones internas con capacidad de formar cuadros, generar ideas, construir estrategias y diseñar un modelo de comunicación que los acerque con las personas, los ciudadanos, las organizaciones de la sociedad civil.

Todo es cosa de que la militancia quiera llevar a cabo una politica reinventada, innovadora, de cara al futuro, viendo a la militancia como una fuerza social viva, presente y actuante; jugársela por las causa de la sociedad civil, vivir la democracia interna a plenitud con todas sus consecuencias, transformar de fondo las estructuras de dirección nacionales, estatales y municipales, crear una nuevo sistema político donde todas las voces sean representadas, atendidas y generen políticas para todos.

Andrés Manuel está salvando al PRI del priismo que tiene deudas con el pasado, los está lavando de gobernadores que tienen una losa de sospechas sobre presuntos acuerdos con la delincuencia organizada, los está sacudiendo de cacicazgos y oligarquías estatales donde una o dos familias deciden el destino de una entidad; donde los abuelos, los padres y los hijos se entregan el poder público como patrimonio familiar, particular y personal.

Existen algunas voces que se están organizando para detener todo aquello que los lacera y los desdibuja. El éxito de esta empresa dependiente de su forma evidente y precisa por demostrar que son diferentes a los que están, que entienden la socialdemocracia, que se juegan con reglas efectivas de inclusión, respeto, igualdad y equidad en sus órganos nacionales, estatales y municipales ; pero principalmente que lo que hagan no sea la pasarela de unos cuantos para el aplauso de unos más. La crisis del PRI no resistirá una simulacion, exclusión, discriminación y menosprecio de algunos hacia el resto. Superar las diferencias y reconciliar los intereses son la primera prueba para reconstruir o refundar lo que quede de ese partido. Solo así, el PRI nuevo tendrá futuro.

Desde algún lugar de Puebla de los Ángeles, 21 de septiembre del 2021