Como buena urbe cosmopolita, la Ciudad de México es inacabable desde muchos puntos de vista, pero particularmente desde el artístico y cultural. Los habitantes y visitantes de esta
metrópoli siempre tenemos opciones interesantes para disfrutarla y conocerla con mayor profundidad. En este sentido, ahora les ofrezco como ejemplo el mural La Herencia Tepaneca en el Umbral del Tercer Milenio, del pintor y grabador mexicano Arturo García Bustos, fallecido en 2017, que formó parte del selecto grupo denominado “Los Fridos”, integrado por cuatro jóvenes que en el inicio de sus carreras se formaron bajo la tutela de Frida Khalo en su casona de Coyoacán.
En 1999 García Bustos pintó La Herencia Tepaneca en el Umbral del Tercer Milenio, que es una de sus últimas obras, y una de las más representativas de su trayectoria muralista. En su juventud este “Frido” también fue aprendiz de Diego Rivera y de José Clemente Orozco, dos de los maestros fundadores de la escuela de muralismo mexicano surgida a inicios del siglo XX, como una de las manifestaciones culturales más significativas del arte nacionalista emanado del triunfo de la Revolución Mexicana de 1910.
El mural está pintado sobre tres muros que componen el cubo de la escalera que lleva a la parte superior de la Casa de Cultura de la Alcaldía Azcapotzalco, y que, además, es un hermoso inmueble colonial restaurado con acierto, digno marco para la obra monumental del también grabador Arturo García Bustos. La composición del mural da cuenta de una línea del tiempo imaginaria, en la que desde la libre interpretación del autor se ilustran los momentos históricos y culturales más relevantes en la historia del país.
La cronología de La Herencia Tepaneca en el Umbral del Tercer Milenio, narra gráficamente 25 escenas y fechas, como la fundación del señorío de Azcapotzalco, a cargo de la tribu de los Tepanecas; la lucha cósmica del Dios Ehcátl-Quetzalcóatl; la representación de la ciencia herbolaria de los pueblos prehispánicos, la representación de personajes como la poetisa Sor Juana Inés de la Cruz, y de ahí salta a la Revolución Mexicana y algunos de sus actores más destacados, entre ellos, Emiliano Zapata, para luego dar otro salto en el tiempo y representar la modernidad de los tiempos actuales tanto con obreros que construyen edificios, como con intelectuales significativos de la talla de José Vasconcelos, Juan Rulfo y Silvestre Revueltas.
El colorido de La Herencia Tepaneca en el Umbral del Tercer Milenio es otro de los aspectos a destacar de este mural, así como su propósito pedagógico de divulgar los símbolos de la cultura nacional más representativos del pueblo mexicano, según la visión del propio García Bustos, quien en su carrera artística siempre se interesó por las causas sociales y por concebir el arte como un instrumento de lucha para los pueblos.
Un elemento más que contribuye a exaltar esta obra pictórica es un vitral —de enormes dimensiones— colocado en el techo del mismo cubo de la escalera, con lo que se integra un conjunto artístico de mayor interés para el visitante de este espacio, quien se sorprende por la multiplicidad de colores, materiales y figuras artísticas que se despliega ante su mirada. Es decir, que se vive una gratificante experiencia anímica.
Si bien García Bustos tiene más reconocimiento como grabador, de lo cual el Museo Nacional de la Estampa del INBA tiene bajo resguardo más de un centenar de piezas realizadas con diversas técnicas como grabado en linóleo, xilografía, aguafuerte y aguatinta; asimismo tiene una importante obra muralista diseminada en diversos inmuebles públicos de la Ciudad de México, Oaxaca, Morelos y Coahuila. En el extranjero, destaca su obra titula Testimonios de Guatemala, realizada entre 1953-54, por la que se hizo merecedor de la Medalla de Oro del Movimiento por la Paz, por sus trabajos alusivos a la Revolución de ese país centroamericano.
La técnica muralista que nuestro artista empleó en sus obras monumentales como la reseñada es el fresco, una de las más usadas desde la antigüedad debido a sus ventajas de durabilidad y bajo costo de mantenimiento y conservación. Sin embargo, su realización demanda un alto grado de destreza artística, ya que una vez que la obra es hecha, no es posible corregirla, pues aplicado el color en la superficie en cuestión, inmediatamente es absorbido por la base.
La cita es en la Casa de Cultura de la alcaldía Azcapotzalco, al noroeste de la CDMX y que, por otro lado, es una de las demarcaciones políticas con mayor tradición histórica, ya que muchas de las colonias actuales tienen su origen en antiguos barrios que datan de la época prehispánica y colonial. @NohemyGarcaDual