Hijo de padre catalán emigrado a México por la Guerra Civil Española, y de madre mexicana, Juan Villoro Ruiz es un destacado intelectual mexicano con
una abundante producción literaria, periodística y de orden creativo en general, que abarca diversas disciplinas humanísticas y de ciencias sociales. En esta ocasión nos ocuparemos de su vertiente como cuentista, y centraremos la atención en “La casa pierde”, con la que el autor obtuvo el “Premio Xavier Villaurrutia 1999.
Esta obra contiene diez cuentos largos cuyos personajes centrales e historias se ubican en contextos geográficos urbanos, tanto de la ciudad de México como de otras latitudes del país e incluso del mundo. El común denominador de estos relatos parece ser la naturaleza psicológica que el escritor le imprime a los protagonistas, quienes encierran motivos y sentimientos acallados en lo más profundo de su Yo interior, pero que de pronto salen a la luz y les dan sentido a las narraciones en las que son el centro de interés literario.
Cuentos de títulos cortos y contundentes, como “Coyote”; “Corrección”; La Casa Pierde”; o “Campeón Ligero”, nos recrea ambientes sociales diversos, pues el autor lo mismo nos lleva a la tierra mística del peyote, en el desierto mexicano, que al mundo de la literatura y de sus escritores; o al ambiente propio de las apuestas y el narcotráfico. Y qué decir de la recreación que el narrador hace de los barrios del centro histórico de la CDMX, en donde el boxeo se erige como la actividad en torno a la que se desarrolla otro de los cuentos.
Sin embargo, el tema que percibo como el más recurrente en las diez historias que comprenden “La Casa Pierde” es el de la literatura, el teatro, los escritores, el periodismo y la academia universitaria; quizás porque todos ellos son espacios en los que el propio Juan Villoro se ha desempeñado profesionalmente durante mucho tiempo y de manera simultánea, en más de una ocasión.
Por ejemplo, en el cuento “El planeta prohibido”, el personaje principal es un profesor que de manera temporal trabaja en la Universidad de Yale, en Estados Unidos; o el relato titulado “El domingo de Canela”; que refiere la historia de dos amigos que aman a la misma mujer y que profesionalmente se desenvuelven en el ambiente teatral. Y qué decir del cuento titulado “La estatua descubierta”; en el que uno de los personajes centrales —Julio Obligado— es un escultor mediocre que se desempeña como embajador y que vive una historia de amor, celos y misterio con su hermosa esposa Maura, quien es asediada por otro embajador de nombre Julio Obligado. Los tres participan en una trama de misterio con un final un cuanto anticlimático.
En fin, que en cada uno de los diez cuentos del libro “La Casa Pierde”, de una u otra manera encontraremos, con cierta facilidad, algunos rasgos personales del mundo en que Juan Villoro se ha desarrollado en su propia vida de escritor, de estudiante universitario, de aficionado al futbol, de conocedor del boxeo mexicano en su época dorada, en la que brillaron los nombres de “El Púas Olivares” o “El Ratón Macías”. Asimismo, la experiencia del autor como docente de literatura en la UNAM y como agregado cultural en la embajada de México se hicieron presentes en más de dos de los relatos ya citados.
“El anillo de cobalto” y “La alcoba dormida” son los dos cuentos que completan la decena literaria en la que Villoro reitera su gusto e interés por los personajes solitarios que viven sus soledades en ambientes rutinarios, hasta que algo o alguien altera ese entorno. En ambos relatos la cercanía vivencial del escritor también está presente, ya sea en la figura de un escultor-ceramista (el arte se hace visible), o en el de un joven escritor que se cuestiona sobre su aptitud narrativa al tiempo que la convivencia con unas hermanas gemelas le despiertan sentimientos con los que debe lidiar.
Además del Premio Xavier Villaurrutia recibido en 1999, Juan Villoro ha obtenido otros reconocimientos y condecoraciones literarias nacionales e internacionales. Es miembro del Colegio Nacional desde el año de 2013.
En este contexto, leer “La Casa Pierde” nos llevará no sólo al universo de personajes ficticios de Juan Villoro y sus diez cuentos largos que conforman esta obra, sino que nos permitirán conocer, de cierta manera, cómo son algunos de esos ambientes en los que el autor se ha desenvuelto y las historias que esas vivencias han estimulado en su vertiente de cuentista. Usted, lector, lectora, tiene la última palabra, de qué le ha parecido el