Arcelia Ramírez es una primera actriz mexicana con una larga trayectoria profesional tanto en las grandes pantallas cinematográficas
como en el teatro y la televisión. Su talento artístico ha sido refrendado en filmes tan emblemáticos del llamado nuevo cine mexicano de la talla de La mujer de Benjamín (1991); Como agua para chocolate (1992); Cilantro y perejil (1995); Guten Tag Ramón (2013) Perfume de violetas (2001); y No se aceptan devoluciones (2013); entre otras.
Este año su talento histriónico vuelve a ser noticia con el estreno del largometraje de ficción La Civil (2021), en el que de manera magistral personifica la vida de una “madre buscadora” a quien le secuestran a su hija y, ante la falta de interés de las autoridades policiacas en su caso, decide ir en su rescate sin mayores apoyos que su desesperación por encontrarla viva.
Tristemente la historia nos resulta de lo más familiar y real. De hecho, las cifras más actuales de desaparecidos en México hablan de alrededor de cien mil personas. Durante varios años la directora Teodora Mihai investiga esta problemática social, con tal interés que finalmente, después de siete años, decide realizar una película en honor a Martínez, una madre buscadora del estado de Tamaulipas, a quien le secuestran y matan a su hija, y quien finalmente también es asesinada debido a su activismo en busca de justicia y castigo para los secuestradores y asesinos de su hija.
Si bien el tema de la violencia está presente en la historia de La civil, eso no es lo más relevante de la película, sino que, desde mi perspectiva de espectadora, lo más sobresaliente es el tratamiento estético que la directora alcanza en esta su ópera prima, así como también el profesionalismo de Arcelia Ramírez, quien en reconocimiento a su trabajo actoral se llevó una histórica ovación de aproximadamente ocho minutos en el Festival de Cannes 2021.
Y no es para menos, puesto que de principio a fin el filme La Civil —con duración de dos horas y veinte minutos— presenta como personaje estelar y principalísimo a una ama de casa llamada Cielo (Arcelia Ramírez), quien a partir del secuestro de su hija su vida se transforma en un incansable y riesgoso periplo con el propósito de encontrarla con vida.
A modo de un thriller policiaco y de suspenso, la historia avanza con un ritmo lento y cadencioso, con diálogos cortos y secuencias nocturnas en las que las dotes histriónicas de Arcelia Ramírez nos conmueven al representar a una madre que, de mil maneras y sin mayores recursos logra descubrir a los responsables del secuestro y muerte de su hija.
Por otro lado, La Civil es un filme que en el nombre lleva el interés de la directora Teodora Mihai, por homenajear a todas aquellas madres buscadoras de una hija, un hijo o un ser querido que ha desaparecido y, ante la ineficacia de las instituciones, es la sociedad civil quien toma en sus manos la tarea de buscarlos.
Un mérito más de este largometraje de ficción, con una fuerte inspiración en hechos reales, es el del guión, a cargo del joven novelista Habacuc Antonio de Rosario, quien junto con Teodora Mihai fue el encargado de darle un perfil intimista a la historia, en un juego de equilibrios entre las escenas de acción —que las hay— y escenas pausadas y reflexivas de gran emotividad.
Más que una recreación de un hecho real, La Civil es una película de calidad que vale mucho la pena ver y disfrutar, tanto por la extraordinaria actuación de Arcelia Ramírez, como por el tratamiento cinematográfico de una historia que nos invita a la reflexión social. Y finalmente, también por impulsar el cine mexicano de buena hechura, hay que esta película se ha hecho acreedora a varios premios, entre ellos, el de Un Certain Regard (Una Cierta Mirada) en el prestigioso Festival de Cannes 2021.@NohemyGarcaDual