Hoy en día la gastronomía mexicana está reconocida como una de las más importantes del mundo, e incluso, desde 2010,
está calificada como Bien Inmaterial para la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), por la presencia de varios factores: el origen antiguo de muchos de sus ingredientes en sus platillos más representativos; por su papel como factor de identidad nacional; por su diversidad en cuanto al uso y consumo de productos alimenticios y, como consecuencia de todo ello, por la creación de una propuesta original de alta calidad culinaria.
Como prueba de esta afirmación, la UNESCO ha distinguido a cinco platillos mexicanos con la categoría de patrimonio cultural: los tacos, los tamales, el mole, el pozole y los chiles en nogada. Estas comidas, así como los ingredientes con que se elaboran y los lugares en que se guisan, degustan y ofrecen al consumidor, históricamente han sido motivo de inspiración para artistas plásticos nacionales e internacionales. Por ello, en esta ocasión, el Museo Nacional de Arte (Munal) de la Ciudad de México invita al público amante del arte y la gastronomía a una exposición que fusiona ambos temas bajo el título de Festín de sabores. Banquete mexicano.
Se trata de una muestra integrada por 248 piezas de diversos formatos, materiales y tradiciones estéticas, entre óleos, acuarelas, dibujos, grabados, piezas de arte popular, esculturas, impresos y fotografías cuyo común denominador es la gastronomía mexicana como elemento de inspiración y recreación artística.
La exhibición está organizada en cinco ejes temáticos: los frutos y legumbres característicos de la comida tradicional mexicana, según su origen prehispánico y la adopción de los productos procedentes del viejo continente tras la Conquista española. Un segundo eje es el de los mercados populares o tianguis, palabra de origen náhuatl que significa mercado; otro tema es el de las cocinas, alacenas y comedores, espacios dedicados a la elaboración y consumo placentero de los guisos.
Un cuarto tema es la representación de bodegones en su sentido artístico, esto es, un género que tiene como esencia la representación de objetos inanimados en entornos caseros, y en nuestro caso, vegetales de la cocina, animales, vajillas y flores propios de las costumbres y prácticas de la cocina mexica. El último eje temático da cuenta de la comida actual, no precisamente de origen mexicano, pero sí de consumo local, y que más bien tiene que ver con la representación artística de productos y alimentos industrializados según las tendencias vanguardistas del arte en el mundo contemporáneo.
En esta interesante y novedosa exposición destacan óleos de enorme formato y vistoso colorido como los de Alfonso X. Peña, que reproducen escenas de mercado, con mujeres, frutos y semillas diversas enmarcados en un semicírculo negro que provoca un alto contraste cromático y figurativo. O el cuadro de Pedro Diego Alvarado, que en llamativos rojos y ocres reproduce unas piezas de cacao de dimensiones enormes y gran belleza visual.
La diversidad de estilos artísticos de los pintores reunidos en esta exposición es otro de sus atractivos, ya que lo mismo tenemos una litografía con color de Pablo O´Higgins, en la que se recrea a una mujer en el mercado, que un óleo de autor por identificar (desconocido) que representa un motivo religioso clásico, una última cena, pero con la peculiaridad de que destacan diversos frutos mexicanos en la mesa donde se encuentra el vino y el pan tradicional de este tema.
Unas de las joyas artísticas de la muestra el Festín de sabores. Banquete mexicano, sin duda son 1) el conocido óleo La vendedora de frutas (1951) de la pintora mexicana de origen alemán Olga Costa; 2) Las Portadas (1906). La cocina mexicana en el bolsillo. El moderno pastelero. Secretos de repostería, del célebre grabador mexicano José Guadalupe Posadas; y 3) el Fondo Roberto Montenegro, con una selección de piezas diversas (platones, ollas, alcancías, botellones, etcétera) de arte popular formada para celebrar la Exposición Nacional de Artes populares de 1921. Lo interesante de este Fondo es que de ahí surgió la idea original para la creación del ahora Museo Nacional de Artes Populares.
La exposición está abierta al público desde el 12 de mayo del año en curso hasta febrero del 2023, así que, estimados lectores, tienen tiempo de disfrutarla. Además, habrá que decir que es la segunda en su tipo que se lleva a cabo en el Munal —calle de Tacuba 8, en el centro histórico de la CDMX—. La anterior fue en 1994, en homenaje al pintor José Agustín Arrieta, quien es recordado por ser un artista que, “como ningún otro se ocupó tan exclusiva y anticipadamente de los temas costumbristas mexicanos”, según destaca el historiador de arte Justino Fernández.
Ahora el tema de la gastronomía mexicana y sus representaciones estéticas vuelven a ser el centro de interés de una muestra que, a pesar de la poca información contextual que acompaña a la obra en su conjunto, vale la pena disfrutar por ser un gran banquete de colores, formas y estilos artísticos. @NohemyGarcaDual