De la realidad a la recreación literaria

El jurado hechizado. La pasión de María Teresa Landa. De la realidad a la recreación literaria. En México existe un caso paradigmático

sobre los concursos de belleza nacionales, que al mismo tiempo resulta un acontecimiento histórico relevante en cuanto a los estudios de género y el papel de las mujeres en los primeros años del siglo XX, recién concluida la Revolución Mexicana, y cuando en el mundo occidental se daba un giro hacia la modernidad. Se vive un resurgimiento cultural y artístico de amplio espectro que, en la condición social de las mujeres, se manifiesta en una mayor apertura en los estilos de vida y las costumbres públicamente aceptadas para ellas.

En este contexto, en el año de 1928, el periódico Excélsior convoca al primer concurso de belleza Señorita México, cuya ganadora competiría por el título de Miss Universo, a celebrarse en Galveston, Texas, en Estados Unidos de América. Se trataba de un evento “decoroso” en el que participaban las familias más respetables de la sociedad mexicana, como una manera de ponerse a la altura de los países de Europa y del mismo Estados Unidos, ambos símbolos de la modernidad en boga.

Sin embargo, en nuestro país este suceso tuvo un viraje inesperado y trágico que con el tiempo dio lugar a una pluralidad de historias hoy en día casi olvidadas, si no fuera por textos como El jurado hechizado. La pasión de María Teresa Landa. (2019, Editorial Porrúa), escrito por Luis de la Barreda Solórzano, quien fuera presidente fundador de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal —ahora CDMX—.

Esta obra relata el infortunio vivido por María Teresa Landa, ganadora en 1928 del primer concurso de belleza Señorita México, pero cuya fama mayor no se debió a este feliz acontecimiento, sino a un hecho trágico posterior que marcó su vida para siempre: el haber dado muerte por mano propia a su marido, el general ex revolucionario Moisés Vidal; crimen por el que fue juzgada y, sorpresivamente, absuelta por un jurado popular. De ahí en adelante, la vida de María Teresa Landa tomó un nuevo giro para renacer en el campo académico.

Lo sobresaliente de este texto que recupera una historia de por sí peculiar, es que su autor, el académico de la UNAM Luis De la Barreda, se sintió motivado a dar su propia versión de esos hechos a raíz del contacto personal que tuvo con María Teresa Landa, quien de ser la primera Señorita México se transformó en una maestra que impartía, entre otras asignaturas, la materia de “Historia Universal” en la preparatoria # 1 del Antiguo Colegio de San Ildefonso, y cuyos alumnos, entre ellos el propio De la Barreda, reconocen que disfrutaban ampliamente por la pasión con la que la profesora impartía sus clases.

Aquí las palabras del autor. “Escuchar a la maestra María Teresa Landa ha sido la experiencia más deliciosa que como alumno he tenido en mi vida … Era una espléndida narradora … que nos hacía estar allí como emocionados y atónitos testigos. Su voz ayudaba mucho al efecto embelesador que nos producía: era una voz grave, clara, potente, profunda, que ella sabía manejar extraordinariamente dándole matices, los cambios de tono y de volumen, los énfasis precisos, como una actriz de tragedia griega”.

Con el transcurrir de los años el joven preparatoriano Luis de la Barreda Solórzano se convirtió en académico e investigador de temas relacionados con los derechos humanos y la justicia penal, de ahí que ese magnetismo que le produjeron las clases de la maestra Landa, fue una semilla que germinó y lo llevó a escribir un texto en el que recrea el enjuiciamiento de la misma María Teresa Landa. Este juicio oral, el último de su tipo en el país, se convirtió en un espectáculo que nadie quería perderse y que despertó un enorme interés en el país, allá por el ya lejano año de 1929.

El jurado hechizado. La pasión de María Teresa Landa es un libro difícil de catalogar en cuánto al género literario en que podríamos ubicarlo. Por un lado, es evidente el trabajo de investigación realizado con fuentes hemerográficas y bibliográficas, pero la obra no se reduce a eso, sino que el escritor-investigador también recurre al uso de metáforas y descripciones de situaciones y escenas imaginadas y recreadas, con tan buena pluma y estilo literario que su lectura se vuelve un acto placentero.

El texto se conforma de once pequeños capítulos. En los primeros el autor nos comparte cómo surgió su interés por el tema, y en los subsecuentes narra quién fue María Teresa Landa; la hermosa joven que a los 18 años se convirtió en reina de belleza, que meses después se casó con un general ex revolucionario; de quien se enamoró, pero algo pasó que la llevó a quitarle la vida con una pistola Smith & Wesson calibre 44 que su marido siempre traía consigo.

Luis de la Barreda dedica los últimos capítulos de su libro a relatarnos cuáles fueron los cargos y las evidencias del fiscal para inculpar a la acusada; en qué consistieron los alegatos de su abogado defensor y, finalmente, por qué la sentencia fue de absolución. Sobre esto último, el autor aporta una revisión crítica en su carácter de especialista y conocedor del tema, y se pregunta si jurídicamente era procedente tal veredicto. De esto y más trata El jurado hechizado. La pasión de María Teresa Landa, una obra amena y ágil, que por su tratamiento y ritmo narrativo nos recuerda las películas de acción, del tipo de abogados y tribunales en donde la aplicación de la ley y la justicia se reivindican como los motivos centrales del filme.

Nohemy García Duarte

@NohemyGarcaDual>