Según el Diccionario de la Lengua Española, estridente es algo o alguien que produce una fuerte impresión por
exagerado o violento, que es agudo, desapacible, chirriante y, en consecuencia, llama la atención de manera inusitada. A esta lógica responde el Estridentismo mexicano, corriente artística que surgió en el México post revolucionario como “una irrupción” y una “razón de estrategia” para renovar los parámetros estéticos de la época y que a la fecha sobrevive como un movimiento cultural en revisión por sus seguidores.
Es el caso de la reciente presentación del poemario El huerto de las tentaciones y El pentagrama eléctrico (Textos en Rotación. UNAM, México, 2022) de Salvador Gallardo, uno de los integrantes históricos del grupo fundador del Estridentismo. Esta nueva edición tiene la peculiaridad de reunir en un solo texto dos obras que originalmente aparecieron de forma separada, además de ser la primera publicación de este material inédito.
“Mi alma es como un huerto conventual/ ajeno a los ruidos exteriores;/ lírico paraíso artificial/ lujuriante de frutos y de flores./ Si dominan en él “flores del mal”/ es que en la vida son siempre mayores:/ un sátiro monjil y espiritual/ oficia en el misal de los amores./”
Con este verso inicia el poema “Huerto Conventual”, muestra clara de la renovación técnica impulsada por los estridentistas en la poesía, expresión artística en la que como una ola irrumpe abruptamente en el ámbito cultural con nuevas propuestas estéticas, más atrevidas en cuanto al lenguaje empleado y a las temáticas abordadas. Consolidado el movimiento de la revolución mexicana de 1910-1917, los jóvenes intelectuales de la época sienten la necesidad de explorar otras formas de expresión estética acorde con la nueva realidad histórica nacional.
Los Estridentistas fue uno de los grupos, junto con el de Los Contemporáneos, que más destacó en el ámbito cultural por lo atrevido de sus planteamientos artísticos. En particular, este grupo de artistas aportó al mundo una nueva corriente estética, el Estridentismo que, si bien abrevó de otras vanguardias estéticas como el futurismo, el dadaísmo y el cubismo, se conformó con ingredientes estéticos y socioculturales propios emanados de la triunfante Revolución Mexicana.
En palabras del poeta Manuel Maples Arce, ideólogo fundador de esta corriente, su movimiento se interesó por “asistir a la realidad inmediata, por [tener] una convivencia con lo inmediato de la existencia. A tal grado que nosotros estuvimos en contra de muchas realidades artísticas”. Y esta forma de hacerse ver y escuchar en el mundo del arte se concretó, según ya señalamos, en una “estrategia” estruendosa, exagerada y hasta irritante para los cánones establecidos.
Pentagrama es otro poema de Salvador Gallardo incluido en el texto reseñado y que como vemos enseguida, es un botón de muestra del estilo estridentista de este autor, tanto por la temática como por el léxico empleados en sus versos. “El álbum de las calles/ se enrolla en los motores/ con fugas de los postes/ que escriben sinfonías/ Y un azoro embobado/ se pega en las vitrinas/ Los autos pederastas/ desfloran el crepúsculo/ Y las marcas comerciales/ prenden sus constelaciones./ Sobre la acera encerada/ las lunas juegan boliche./ ¡ALTO! EVITE-PELIGRO/ Y ante el mandato verde de tus ojos/ Toda mi alma se ha desparramado./
Algunas de las características más relevantes del estridentismo mexicano son: su multidisciplinariedad, pues abarcó la danza, el teatro, las artes plásticas, la música, la literatura, la fotografía y el dibujo; la reivindicación de lo urbano, lo moderno y lo cosmopolita, pero también lo popular y lo nacional. En este sentido se explica la frase “Viva el mole de guajolote”, uno de los gritos de batalla más representativos de esta corriente vanguardista.
La época de oro del Estridentismo mexicano fue de 1921 a 1927, cuando surgió y se expandió a diversas ciudades del país, siendo Xalapa, Veracruz, el lugar de mayor expansión y arraigo cultural, gracias al apoyo institucional de Heriberto Jara, el gobernador de ese entonces enla entidad. De hecho, los estridentistas rebautizaron a Xalapa como “Estridentópolis”, por el florecimiento alcanzado por esta corriente artística en el campo cultural y educativo de dicho estado.
Por su parte, Salvador Gallardo, oriundo de San Luis Potosí, además de poeta estridentista, de joven se unió al grupo de alumnos maderistas que protestó contra la dictadura de Porfirio Díaz y ya como médico de formación, participó en la Revolución Mexicana. Con el tiempo se asentó en Aguascalientes, donde fundó la Asociación Cultural Aguascalientes y las revistas literarias ACA(1951) y Paralelo (1957).
Artistas como el músico Fermín Revueltas, el escritor y académico Arqueles Vela, el escultor y diseñador de títeres, Germán Cueto, el pintor francés Jean Charlot, la fotografa Tina Modotti, la escritora Nellie Campobello; la pintora y poeta Carmen Mondragón (Nahui Ollin), son algunos de los creadores que en su momento enarbolaron la bandera del Estridentista mexicano.
La lectura de El huerto de las tentaciones y El pentagrama eléctrico (Textos en Rotación. UNAM, México, 2022) es una buena manera de acercarse al conocimiento de un movimiento vanguardista que surgió en México, cuyo impacto alcanzó a Latinoamérica y que hoy en día sigue vigente más como un arte de culto y de reflexión en los ámbitos académicos a nivel internacional.
Nohemy García Duarte