La ruta de la democracia participativa quedó abierta el pasado domingo con la primera consulta popular llevada a cabo bajo principios constitucionales y legales recientemente definidos.
Más allá de lo consultado y de la participación ciudadana lograda, lo más importante de la jornada dominical fue que se estableció la mecánica para que participe el pueblo de manera directa en la definición de aspectos sustanciales para el país.
El mandato de enjuiciamiento a los expresidentes parecía un tema ideal para que los mexicanos decidieran por hacerlo o no, pero una redacción ambigua, difusa y confusa en la pregunta planteada en las boletas electorales utilizadas ahuyentó a muchos ciudadanos.
Negativamente influyeron también, en la pobre participación popular, los riesgos sanitarios revividos ante la tercera ola de Covid-19 impregnada por la cepa Delta, y una reducida campaña pro voto.
Es por eso que insistimos en la valía de esta vía de democracia participativa y no en lo específicamente consultado.
Viene ya para el 2022 otro ejercio de democracia participativa en la revocación de mandato, en la que los mexicanos podrán en ocho meses votar por que el presidente López Obrador se mantenga en el cargo o se vaya a su rancho de Palenque.
Los cuidanos que busquen activar el recurso de revocación de mandato, podrán recopilar firmas durante el mes previo a la fecha de la consulta; el proceso organizativo dependerá el INE y exigirá la solicitud por parte de 2 millones 808 mil electores.
La ruta de participación ciudadana en decisiones cruciales debe mantenerse, alentarse y constituirse como la vía legítima para que en los hechos el pueblo marque el rumbo de la nación.
SUSURROS
En tanto en la democracia representativa, aquella en la que diputados y senadores representan al pueblo, se siguen haciendo bolas para confundir y dilatar acciones necesarias para purificar el ambiente político nacional.
En entregas pasadas dijimos que sólo un milagro podría salvar a Saúl Huerta y a Mauricio Toledo del desafuero, el primero por abuso sexual y el segundo por enriquecimiento ilícito, y por lo que se ve, los milagros todavía se pueden dar.
Con una u otra triquiñuela se ha impedido que la comisión instructora apruebe el dictamen de ambos desafueros y ahora hasta Ricardo Monreal reclama respeto a la autonomía legislativa y sus tiempos para legislar, todo para salvar a Mauricio Toledo, porque por Saúl Hurta nadie se atreve a defenderlo.
Quedan ya unos días para que se de el ansiado periodo extraordinario para los desafueros, veremos.
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Periodista desde 1974, ha trabajado de reportero y columnista en diferentes medios (Excélsior, Televisa, Diario de la Tarde, Novedades, El Día, NTR, entre otros). Comentarista en Radio Fórmula, Radio 13, y Radio ABC