Opinión

Cuando desde la Presidencia de la República se minimizan los efectos de la pandemia, se justifican los yerros en el gobierno, se ocultan los evidentes hechos de corrupción, y todas las críticas se consideran ataques frontales contra el Presidente y su proyecto de transformación, se alimenta la irresponsabilidad de todos los servidores públicos a quienes les resulta fácil evadir sus obligaciones no rinden cuentas, para reaccionar igual que su jefe: culpando al pasado y denostando a quien los señala.

A qué nos lleva un rompimiento, una fractura, un distanciamiento e incluso una confrontación entre gobernadores? Absolutamente a un deterioro en el gobierno, un daño a la democracia y en extremo a un desconocimiento del pacto federal.

Sin lugar a dudas si este país se disgrega o se fracciona, la culpa será de Andrés Manuel López Obrador. Así de simple la circunstancia que hoy vivimos en México a causa del exacerbado centralismo que ha venido instaurando el

“Hoy, la seguridad se entiende cada vez menos en términos militares, y mucho más como la ausencia del conflicto. Es de hecho un fenómeno que abarca el desarrollo económico, la justicia social, la protección del medio ambiente, la democratización,