“Los demonios andan sueltos”
¡Claro que sí! ¡Claro que sí! No podemos ser cómplices del fraude.
Así, frente al país, el Presidente admitió que está metiendo las manos en la elección, lo que la ley prohíbe.
Con una confesión así ya no quedan dudas y todo parece indicar que la anhelada democracia en México tendrá que seguir esperando.