Opinión

Podríamos decir que México es de contradicciones, pero éstas, solamente lastiman y golpean a los jodidos, así este país empobrecido por los políticos, empresarios, banqueros y tragedias nacionales puede darse el lujo de SALVAR A BANCOS Y BANQUEROS, endeudando al país por miles de millones de dólares, pero no salva a los jóvenes que requieren de su apoyo por ser el presente y el futuro del país… así de jodidos estamos.

¡Los tiempos corren y los trabajadores no ven para cuando se dará el incremento salarial, escuchan que viene el Buen Fin, pero no saben si de ese esperado aumento ó de que pasará a mejor fin su tan anunciado incremento salarial, en donde según los factores de la producción no se ponen de acuerdo!  ¡Corre tiempo!

Desde la administración de Andrés Manuel López Obrador, los llamados adultos mayores, “abuelitos” o simplemente “viejitos” cobraron gran relevancia: la autoridad empezó a otorgar una beca o un apoyo financiero y éstos pudieran solventar sus gastos cotidianos; además; en forma paralela, se convirtieron, situación que permanece hasta la fecha, en la preferida clientela electoral de los regímenes perredistas.

La doctrina política señala que la democracia es aquella forma de gobierno en la que el pueblo define la forma de organización e interviene en las decisiones gubernamentales. Dicho de otra forma: es el gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo. Esta alegoría romántica nos remonta a épocas en las que los filósofos liberales intentaron justificar la necesaria abolición de las monarquías absolutas y obligar a que la gente pudiera participar en las decisiones de Gobierno y Estado.

De nueva cuenta como marca la Constitución mexicana, nos preparamos para un relevo del poder presidencial. Ninguna novedad, afortunadamente, porque deja ver que pese a todo, el país preserva el hilo constitucional. Y qué bueno.