Ganar un debate presidencial, por ese solo hecho, no lleva a ganar la elección, no hay precedente en ese sentido.
Así que no serán la excepción los tres debates que se avecinan. Su principal objetivo es informativo, que la sociedad pueda enterarse y comparar las propuestas que hace cada uno de los participantes.
Las elecciones se ganan con votos. Para obtenerlos o conquistarlos, primero los contendientes tienen que llevar a cabo campañas mediáticas, recorridos, reuniones, encuentros con los electores. Convencerlos de que representan la mejor opción para nuestro país.
Sin duda lo que más cuenta son los hechos, el perfil y experiencia de las candidatas y candidatos. Sus acciones de gobierno, los nuevos proyectos, el saldo, los resultados, en qué medida han contribuido al bienestar de la sociedad. Las ocurrencias son divertidas, llaman la atención, nada más que la historia indica que no es lo que determina el comportamiento electoral de la gente.
Por primera vez habrá tres debates y por primera vez las principales contendientes son mujeres.
Dependerá de ellas lograr el mayor rating en la historia de estos ejercicios
Si el primer debate (programado para el domingo 7 de abril) atrapa a los televidentes, para el segundo y tercero, la audiencia sería mucho mayor.
De lo contrario, si desencanta el primero, se vuelve acartonado y cae en lugares comunes, perderían interés los dos siguientes.
La mirada estará puesta en las dos mujeres
El que de plano no pinta es Jorge Álvarez Máynez. Es muy probable que las candidatas lo ignoren, para no desperdiciar tiempo en las intervenciones y no desgastarse en dimes y diretes sin provecho alguno.
Arturo Zárate Vite
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