La “línea presidencial” en el poder legislativo siempre ha existido. La instrucción para los diputados y senadores
siempre ha salido de la antigua residencia oficial de Los Pinos o de Palacio Nacional.
No es nada nuevo ni extraño, los legisladores responden a un proyecto de gobierno, fue su bandera en la etapa de candidatos y, una vez electos, lo congruente es defender las acciones de su grupo y líder.
Sucede en los parlamentos del mundo, es la forma en la que actúan las diferentes bancadas, responder a los intereses de partido, por eso, en prácticamente todos los temas, votan en el mismo sentido.
Es muy difícil que alguno o alguna disienta. Pudiera hacerlo, nada más que tiene sus riesgos y consecuencias políticas.
Si el legislador llegó de manera independiente, entonces no tendrá de que preocuparse ni obedecer al coordinador de ninguna bancada.
En el caso de México, para nadie es secreto que la “línea” sale de la presidencia de la República, porque el titular o la titular del Ejecutivo es la que abandera el proyecto de gobierno.
Todo lo que se haga o se diga tiene que ser acorde con el proyecto de gobierno, no puede ser de otra manera.
Hay quienes llegan a disentir dentro del mismo grupo y existe la posibilidad de que prospere su diferencia si está fundada, nada más que es raro que suceda, porque todos entienden y aceptan que la “línea” responde a un consenso que ya se trabajó en las alturas.
Así que eso de recibir “línea” y actuar de acuerdo con la “línea”, no es para que nadie se avergüence, es práctica de grupos parlamentarios en el mundo.
Arturo Zárate Vite
Twitter y TikTok: @zarateaz1