El 2017 se hunde ,pero nos deja flotando la brutalidad de la violencia, cifras que en otras naciones escandalizarían, que abrirían sendos debates, en casos más extremos merecería hasta la intervención de naciones unidas, aquí no sucede tal cosa, aquí, la muerte reencontró el Tzompantli para ir acomodando cráneo tras cráneo en la ofrenda de sangre más terrible desde que se inauguró el templo mayor dedicado a Huitizilopochtli, cuatro
días y cuatro noches fueron sacrificados más de diez mil seres humanos, según las crónicas de Bernal Díaz del Castillo. ¿a quien le importa que chapoteemos en cien o ciento cincuenta mil muertos? Solo a pocos, algunos periodistas, organizaciones no gubernamentales, observadores ciudadanos, el resto sigue de frente, y la clase política y sus aspirantes presidenciales sin otra salida que amnistiar o de plano callarse ante el crimen organizado... Aceptémoslo, el estado mexicano fracaso ante los capos, estamos en sus manos, ellos deciden a que hora y cuando nos morimos, sea Ud. pequeño comerciante o reportero, esta es la versión más acabada de una guerra que inicio con Felipe Calderón lanzando a las fuerzas federales a un frente de batalla sin mayor experiencia, hoy ya se tiene tras diez años un mapa de lo que se hace, se combate en contra de un estado dentro del estado, en donde el crimen organizado penetro casi todos los niveles de gobiernos en todas sus variantes, regiones enteras en donde los presidentes municipales no son más que empleados asustados o de plano coludidos con los sicarios. 2017 se larga por la puerta de atrás, nos deja en la sala un grupo de personajes que quieren ser presidentes pero que ninguno tiene la peregrina idea del como regresarle la paz a un México que vomita sangre por todos lados. ¿Amnistía? ¿Más ejercito? ¿Fiscalías anticorrupción? ¿Sabe Ud. por que no se alcanza un mínimo acuerdo para generar una ruta que solucione esto? Porque muchos de los que se dicen preocupados por la inseguridad y las matanzas son jugadores de doble playera, beneficiarios directos de las millonadas que deja el narcotráfico. ¿El dinero y sus bondades son el principal obstáculo para acabar con esto, o qué? ¿Creía que no existe imaginación o ideas para acabarlo? Lo que no existe es voluntad, punto. Si no pregúntese de que tamaño serán las fichas que habrán de jugar los carteles en este siguiente proceso electoral. Dinero que aceita y bien a más de un honesto candidato a cargo de elección popular... Amnistía, como diría don Teofilito, ¡amnistía mis polainas!