El debate sirvió para confirmar lo que se sabe, Claudia Sheimbaum sería una extraordinaria gerente de la Ciudad de México, no jefa de gobierno, que es el cargo para el que compite, Sheimbaum sigue moldeando la percepción de que es una títere de López Obrador, sin ideas propias, sin carácter, apegada al guion de que ella por el solo hecho de ser académica garantizaría la buena marcha de la ciudad le han venido generando
enormes dudas sobre si es capaz de enfrentar a este monstruo llamada capital de todos los mexicanos. Confiada en el efecto Andrés Manuel, los de morena en la ciudad no ven el alud que se les viene encima, montados en la soberbia confían en que todo se resolverá una vez que la luz de su pastor se revele y caiga sobre sus cabezas, así, el futuro de esta metrópoli estará salvada y las cuotas de poder y recursos garantizadas para una de las tribus políticas mas retrogradas e incendiarias como lo es morena. Sheimbaum sabe que sus credenciales políticas no dan para más, que el fantasma del Rebsamen y la muerte de 17 niños la persigue, por más que acuse de que no se vale que politicen la desgracia, siendo que ella, como jefa delegacional, prohijó la corrupción que hizo que algo que no debía ser construido se construyera y que por un terremoto termino matando a estas criaturas, pero eso en el pináculo de su curricular como gobernante, pero en Tlalpan cunde la memoria de una Claudia Sheimbaum que permitió que todo tipo de fauna criminal se asentara, inundando de invasores de zonas de bosque protegidas, plagados de tala árboles, con uno de los crecimientos más alamares de casas de seguridad y de los enjambres de narcomenudistas que con tanta confianza y seguridad se pasean bajo el amparo del cartel de Tláhuac. Sheimbaum, lejos de confirmar por medio del antidumpin si fuma o fumo marihuana, nos tiene que dar una ruta clara a los capitalinos como para convencer el que está realmente preparada para ser cabeza de la ciudad, en el debate en televisa demostró que no tiene la más peregrina idea y que sin la sombra de López Obrador, sin que le levante los brazos en un mitin ella no es más que una acolita ignominiosa de esa secta, pero más allá no llega. Me resisto a creer que en la ciudad de México ella pueda ganar, no soy de los que cree que los capitalinos nos comportamos como hordas sedientas de venganza y que vamos en pos de hacer pagar a el gobierno de mancera por sus errores llevando a la jefatura de gobierno a alguien peor, y rodeada de peores, la ciudad de México no se merece que el desastre de inseguridad y social que se vive en Tlalpan se replique en las 16 delegaciones, futuras alcaldías.