Puede resultar petulante que se diga que la ciudad de México es la arteria más importante de México, lo que aquí sucede tiene eco en el país. Por ello, el debate de ayer trae un gramaje distinto, el resultado de las elecciones defeñas pegara en la línea de las presidenciales. Diagnóstico: la ciudad de México está enferma por sobrepoblada, la concentración de seres humanos y la poca planeación para la convivencia de tantas almas
ha llevado a la urbe a puntos del colapso. Esta tocada por la violencia, por la asfixia en las vialidades, por la contaminación, por la falta de agua, por el taponamiento del drenaje...todos los ciudadanos tenemos un mapa personal del problema, pues todos sufrimos de una u otra forma las enfermedades de la ciudad...y el debate de ayer no nos sirve más que para tener una vaga idea de las salidas, pero no está tocando el fondo de la solución: la transformación de toda la base social, o sea, el desorden campea porque somos una sociedad fragmentada, dividida, en donde cada quien jala por su lado, solo solidaria cuando tiembla, ahí si espantada y poéticamente hermanada, pero fuera de eso no hemos sabido darle una dirección a la urbe, nos quejamos por lo bajo y por lo alto pero permitimos que a la ciudad la sangren grupos políticos que se enquistaron y no hablo solo del PRD, pues el laboratorio de las supuestas izquierdas aprendieron a colocar al ciudadano como conejillo de indias, o bien, los de derecha o centro se acostumbraron a ser comparsas, muy discretas, sin mayor peso ni capacidad de decisión. Los ciudadanos de la capital ya somos una especie que se acostumbró a todo lo kafkiano, asaltos, marchas, abusos policiacos, transporte atiborrado y desesperante, vehículos paralizados en filas interminables, polución, lluvias que todo lo inundan, ¿que requerimos más metro? Eso lo sabemos, ¿que habrá que colocar más cámaras? Sin duda, ¿que urge cambiar el drenaje? ¡Claro! ¿solución inmediata a el abasto de agua? Totalmente. Y todas las necesidades que se le ocurran, pero para que esto suceda requerimos un gran pacto por la ciudad, no la visión que tiene de ella muchos políticos, la de un botín económico y de poder. La gran bolsa electoral, a los defeños parece servirnos de reacción los temblores, ahí si despertamos toda la nobleza y capacidad de servicio, la tragedia seria esperar a que eso suceda y no comenzar a exigir que los que nos gobiernan y los que quieren hacerlo impulsen la renegación de ese tejido. ¿quien de las y los que quieren encabezar a la capital tiene esa estatura y conocimiento para tal cruzada? ¿quien de ellas o ellos son capaces de unir y no de dividir a la ciudad? ¿quien de las damas o caballeros ve a los ciudadanos con respeto y no como una masa de retrasados que se tragan cualquier cuento? ¿cuantos ciudadanos serán capaces de entender que esto se cambia si y solo si dejamos de vernos como perros de ataque y le damos un sentido más serio a eso de la participación? ¿quién dice yo?