En la cosmogonía mesoamericana, la muerte era para adorar, los hombres alimentaban ese ciclo-vida -muerte con ofrendas para los dioses, así se garantizaba que la existencia continuara, la sangre era vital, los sacrificios como parte de los rituales del mundo
precolombino...de ahí que un tzompantli significaba no solo una seria advertencia para los enemigos, sino que representaba ese muro de cráneos un verdadero festejo a la vida...el tzompantli lo podemos ver de manera arraigada en nuestra cultura no solo detrás de catedral , en dedicación al dios Huitzilopochtli, sino en las reminiscencias del pan de muerto o las calaveritas. En resumen, estas hileras de cráneos son parte de un paisaje que se niega a desaparecer. Tal vez, esta condición histórica sea la que motive a una nación como la nuestra a esta especie de normalización de la muerte en nuestros días, miles de seres humanos que pierden la existencia en un México que no se cansa de ofrendar sangre , sin que exista la ruptura del asombro , sin que genere la conmoción social que en otros países se daría, no, aquí , la muerte y sus mil formas de hacerse presente tiene carta de naturalización y es vista ya como parte de ese paisaje en donde el prólogo es "la vida no vale nada", o, ¿ de qué manera nos explicamos que la salvaje muerte se refleje en olas de violencia que cada mes rompe cifras? Se dice que la muerte no había estado tan activa desde abril del 1997, se dice que los feminicidios alcanzaron su techo máximo, claro, hasta nuevo aviso de record roto. Se dice que son cientos los políticos asesinados, se dice que ya encontraron otro docena de fosas nada clandestinas, se dice que son miles los desaparecidos y no solo 43, se dice que ahora fueron varios los federales emboscados, se dice que los malosos fueron abatidos, se dice y se cuenta con esa numeralia de terror que más bien se ha convertido en costumbrista, tanto que mientras "ya sabes quién" se dedicaba a poner insípidos apodos a "Ricky no sé qué " en Guadalajara, los del mencho y compañía atacaban a un ex fiscal señalado por haber traicionado a los del cartel Jalisco nueva generación, balaceras en zonas turísticas , este funcionario, Luis Carlos Nájera salvando el pellejo una vez más, corrió con suerte pues de esos tiros rara vez la libra uno. ¿de que otra manera se explica uno el que la psique mexicana tenga esa morbosa aceptación de la muerte y sus variantes en tiempos modernos, sino es por el hecho de que en nuestro ADN subsiste esa aceptación de que esto no es más que la cuota de un sacrificio que habrá de purificarnos al paso de dar oportunidad que con la muerte la vida se garantiza? O dígame Ud. ¿por qué morirse en México se convirtió en el asunto menos importante?