Como la canción: " de los cinco que tenia, ya solo me queda uno!"...el bronco, un personaje colorinche, innegablemente seductor por arrojarse tiros de corte propagandístico, bueno para el mensaje, pero que no ha podido despojarse de que
viene de un partido y que el es efectivamente el independiente que México esperaba. La marca "independiente" se anota su mas sonoro fracaso, tanto en lo económico para los contribuyentes , pues el experimento ha costado algo así como 700 millones de pesos para los que llegaron a la orilla, margarita y el bronco, claro esta, que ellos podrán argumentar, y no sin razón, que las reglas para la contienda no les favorecieron, y así fue, poco tiempo para hacer campaña, un tortuoso sistema de recolección de firmas, los "independientes" se enfrentaron a muros burocráticos muy difíciles de salvar, pero de una u otra forma llegaron... Eso si, con la terrible sombra de la trampa, sospechas que fijaron en el imaginario colectivo la suposición de que son igual a los de siempre, mañosos y escurridizos ...el bronco aparecerá en boletas, su votación podría no ser mas de dos o tres puntos.. Suficientes hasta para convertirse en partido , pero no lo vemos mas que en el refugio de la martirologio. Y el bronco, como otros tantos pasaran al anecdotario...y el mismo riesgo se corre para esa figura del "independiente": la tumba y el olvido, pero los partidos políticos , sus dueños, saben que ellos están tocados por el descredito, que la sociedad ya no tiene confianza en sus formulas, pero no hay para mas, el terreno de los independientes se contamino y pasara algún tiempo para que se convierta en suelo fértil, excepto brote de la cansada sociedad alguna figura que sacuda la escena política, eso es posible, en Francia , en España, hay sobrados ejemplos de ello, podría pasar, como también podría ocurrir que en los partidos se de un trabajo de ajuste y de pleno reconocimiento a sus terribles fallas, que los humos de la arrogancia y de la ambición bajen y les permita aceptar que hasta el momento , el sistema de partidos y sus reglas democráticas han significado un fraude para todos, que continuar por ese camino terminara por extinguirlos y francamente no sabríamos que hacer con tanto político desempleado y acostumbrado el dinero fácil. El fracaso de los independientes nos tiene que replantear el tipo de juego y de participación democrática que merecemos, sobre todo para aquellos ciudadanos que no se sienten plenamente representados por alguno de los partidos. La tarea es muy difícil, es volver a construir sobre los ladrillos de esa obra negra llamada "independientes", pero por algún lado tenemos que comenzar.