Mientras el graderío volteaba a ver el espectáculo entre Donald Trump y Enrique Peña Nieto, ambos, sonrientes frente a la cámara para ser retratados y celebrar el
aun no concluido TLC ( falta Canadá), en el sur se daba la otra reunión, una más de corte efectista entre Andrés Manuel López Obrador y el presidente de Guatemala Jimmy Morales, la señal, tal y como lo comentamos hace dos días, busca generar otro foco de atención, no sólo con vista hacia el norte y nuestros lazos con los gringos, sino hacia el sur, el olvidado sur.
El presidente electo López Obrador posee un manejo indiscutible de las señales, como buen jugador de beisbol, tiene el don de cambiar la jugada y sorprender con agudeza en la agenda, así ha sido desde que era jefe de gobierno y todos los días madrugaba a Fox con las conferencias mañaneras, en esta ocasión, sienta un precedente al mover el músculo de su gobierno hacia Centro y Sudamárica.
El tema no es menor, se trata de la revisión de todos los hilos que nos sujetan con nuestros hermanos de allá, con todo y la serie de problemas que nos atan, la frontera sur es la más porosa e insegura, de las menos vigilada y por ahí se trafica todo tipo de mercancías, hasta la de seres humanos.
Con Guatemala nos reúnen más dificultades que ventajas, y no sólo con ellos, El Salvador, Honduras, Nicaragua, entre otros, han significado focos de alarmas hacia nosotros por los niveles de inestabilidad y generación de indocumentados que todos los días producen, un tema que no ha sido atendido ni como problema de la región ni con la profundidad de la soluciones humanitarias, ahí es donde México debe adoptar un papel de mucha mayor responsabilidad , por ello no es descabellado ni irracional el que el próximo mandatario López Obrador busque reactivar económicamente la zona sur de nuestro país, que desde hace décadas, sino es que siglos, ha sido despreciada por los políticos del centro y norte de México.
Inyectar nuevos bríos a nuestra región del sur debería colocar nuevas reglas de relación comercial y humana con los países de Centro y Sudamérica, pero sin engañarnos, pues la tarea será titánica, y deberá arrancar por mejorar el trato hacia los inmigrantes del sur, separando muy bien dos temas.
Los que buscan atravesar México por razones de hambre y mejores oportunidades y los que traen por actividad el crimen y la muerte.
La frontera sur debe ser reetiquetada como una que garantice seguridad y controles, le conviene a todos, a los Estados Unidos, a México, a Centroamérica, y Andrés Manuel ha entendido que es una de las máximas angustias de la adminstración de Washington, por ello es que mientras se vitoreaba el virtual TLC, el tabsqueño se fue a hacer su parte a el sur, para cerrar la pinza.
Sólo falta un detalle: ¿Qué posición tendrá Andrés Manuel sobre Venezuela y Nicaragua?
Digo, ya que se comienza a asomar hacia el sur, alguna opinión deberá expresar. ¿No?