Imaginemos que los responsables de revisar las condiciones técnicas de un avión no hicieran bien su trabajo, que se descuidara la operación de los trenes de aterrizaje,
o el buen funcionamiento del suministro de turbosina, o que no se checara las compuertas de la aeronave. ¿Cuantos accidentes cree que se registrarían todos los días, todas las semanas? ¿seria concebible una conducta así? Amanecer con que un avión caiga en su patio o en la escuela de sus hijos no sería nada grato. Permitirlo sería criminal. Punto. ¿pero por qué si sucede, guardando proporciones, con el mundo de los tráileres? ¿por qué se sostiene ese portal de muerte gracias a los incontables accidentes provocados por estas armas de destrucción masiva? ¿que fuerza sobrenatural los protege del brazo de las autoridades como para circular dejando a la suerte la posibilidad de quedarse sin frenos y matar a familias enteras? ¿piensa Ud. que exagero? La vida de quien conduce un automóvil particular, o de transporte público (otras linduras) depende de la ruleta rusa del tráiler de a lado, que con uno o doble remolque han echado el volado para que sea la suerte la que decida si hoy revientan sus frenos y aplastan a los seres humanos que se les atraviese. Lo de ayer es sólo un ladrillo más a la larga lista de muerte que acumulan semana tras semana los tráileres en México.
Hablar de tráileres sin frenos es como si de fosas clandestinas se tratara, nadie sabe cuándo pararán, porque sencillamente las autoridades federales son incapaces de acabar con ellos, por ello hago la comparación entre el ejemplo de aviones sin revisar y lo que ocurre con estos monstruos de las carreteras.
La indolencia es brutal, pero en el caso de los aviones es evidente que le ponen mucha atención, no solo las autoridades aeronáuticas sino los dueños, pues cualquier accidente provocado por descuido les acarrearía enormes pérdidas económicas, y por supuesto de vidas... En el caso de los tráileres no es así, y francamente no sé qué ocurre con los responsables de que esto no suceda, pero continúan sumándose las tragedias porque a muy pocos les importa.
Lo repetiré: estamos tan moldeados a las máscaras mortuorias que ya nada nos espanta...pero detrás de esta destrucción se esconde, son sospechas fundadas, en una enrome red de corrupción, ya que si un trailero (en esta caso trailera) es capaz de conducir como bólido, y tener la gracia de descuidar todo lo mecánico, es porque arribita de ellos existen autoridades, sean policías de caminos, o de comunicaciones y transportes, llenándose los bolsillos para voltear hacia otro lado, mientras las toneladas de muerte machacan a todos los autos que se le atraviesen. Y peor, guardemos este picotazo en el cajón, y tengámoslo listo para sacarlo en la siguiente tragedia, que como ocurre en México. En cualquier momento sucederá. Y no es pesimismo, es, lamentablemente un hecho que se dará, solo es cuestión de que se nos pase pronto el susto y que la desmemoria haga lo suyo. Así somos.