Picotazo político 12 de noviembre 2019

Pues no, no se tuvieron que inventar algo, más bien les cayó del cielo lo de Evo

 Morales, la crisis boliviana se adaptó a las necesidades de una salida a toda la maraña de incendios en el país y que hasta hace menos de una semana consumía la imagen del mandatario mexicano.
Desde lo de Culiacán y la confirmación de que los de inteligencia nacional están "Hechos bolas", así como el "Apagón" informativo sobre Carlos Romero Deschamps, la extraña captura de Karime Macías en Londres y su pronta liberación, pasando por la cruel escena de niños calcinados de la familia le


Lebarón, el enojo de Washington, añadiendo a la información que hoy se publica en el Sol de México, de que el desempleo orilló a miles de mexicanos a sacar de sus ahorros para el retiro, la cifra histórica de ocho mil 667 millones de pesos entre enero y septiembre de este año, como gran prueba de que a más de un padre de familia ya le llegó el agua al cuello por la recesión y el haberse quedado en la calle.
Cierto, México es una galería de horrores y el que los ojos se dirijan hacia el drama de Morales les viene muy bien a los de la 4T este gran tanque de oxigeno. Pero no por mucho, pues lo de Evo y el guión estilo "La rosa de guadalupe" no pesará más que le terca realidad, la cual continua horadando la paciencia de muchos mexicanos.
Y no se trata de mostrar una patológica animadversión a este gobierno, no es un asunto de medios de comunicación y los conservadores que desde las sombras tratan de descarrilar el tren amlista, no, las ámpulas que molestan tienen que ver con datos duros, que reflejan la caída en prácticamente todos los sectores productivos del país, de el empoderamiento de los distintos grupos del crimen organizado, de la idea muy bien fundamentada de que se inició el desmantelamiento de distintas insituciones de la República que significaban algún tipo de contrapeso ante la creciente figura presidencial.
Como nunca, el eje de todos los conflictos se concentra en la cancha económica, los agravios se concentran en los bolsillos de millones, ya no sólo los pobres de siempre, sino de esas nuevas legiones de familias que pasaron en automático de la condicion de aferrados clasemedieros a una en donde el desempleo, la angustia y la frustración son ya parte de su cotidianidad.
Insistiré en el ejemplo chileno, allá, un presidente despreció no sólo a los manifestantes universitarios, sino que insultó a los de una clase social que poco o nada se interesaban en los asuntos políticos, pero Piñeria le asestó una cuchillada a los bolsillos, golpeó la economía de esas familias y hoy el país Chile se conflagra dirigiéndose a una noche muy larga en la cual sólo la renuncia de su mandatario calmará las aguas de enojo.
Lo de Evo Morales es sólo un momento romántico de nostálgicos del socialismo descafeinado, útil para cambiar los temas de la agenda nacional. Bolivia es asunto de Bolivia, pero el caso chileno es otro asunto, y ese sí debería ser observado como el inicio de un cataclismo social que incluye a la dormida clase media, la cansada clase media...¿comenzarán a tomar nota aquí? Deberían.